Con motivo del Día Mundial del Animal de Laboratorio, 23 de abril de 2002, se convocó una rueda de prensa en FNAC, de Madrid, para presentar una campaña en la que participan: ADDA, la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Madrid, Ecologistas en Acción y SOS Animal denunciando la utilización de animales para experimentar en productos cosméticos. El objetivo consistía en lograr que, después de tantas enmiendas, entre en vigor la normativa europea.

Carolina, perteneciente a la SPAP de Madrid, presentó una estadística realizada por Sigma Dos para esta campaña, en la cual se reflejan los porcentajes de personas dispuestas a pagar un poco más por productos cosméticos sabiendo que estos no han sido experimentados previamente en animales: un 49.1% de la población estaría de acuerdo frente al 31.8% que no lo haría; un 19.1% no se define. Se presentaron los carteles que se distribuirán entre los comercios que oferten productos no testados en animales, con el fin de sensibilizar a la gente y hacer reflexionar sobre un tema que apenas es conocido. Silvia Baquero, de Ecologistas en Acción, habló de los diferentes experimentos que se practican en animales y sus alternativas. El problema es que sale más barato enviar “el dossier” a un laboratorio especializado en experimentación que cambiar por otra nueva infraestructura dedicada a métodos alternativos validados por la U.E.

Finalmente, Patricia Beltrán, de ADDA, expuso la base jurídica de partida de la campaña, la Directiva 2000/41/CEE, moratoria de la Directiva 76/768/CEE, la cual determina en su artículo 4 que “los estados miembros prohibirán la comercialización de productos cosméticos que contengan ingredientes que se hayan experimentado con animales a partir del 30 de junio de 2000 y que ahora se aplaza –de momento- hasta el 30 de junio de 2002. Se hizo patente la necesidad de acabar con las moratorias fruto de presiones de los loobys, solicitando que se cumpla definitivamente la normativa. El cartel que se presentaba iba dirigido a la entonces ministra de sanidad, Celia Villalobos, pidiendo, mediante cartas, la puesta en marcha de la Directiva.

Se pretende sensibilizar a la opinión pública, divulgar las atrocidades que se cometen, que se pueden evitar, porque existen métodos alternativos y que la belleza y la estética están reñidas con la crueldad.