Rescate de chimpancés

ADDAREVISTA 56

LA JUBILACIÓN DE LOS CHIMPANCÉS DE LOS LABORATORIOS DE EE. UU.  DEMASIADO LENTA

Redacción.- En 1960, se creó en EE. UU. una red nacional de centros de primates para la experimentación. La mayoría de los chimpancés habían sido capturados en África, aunque en 1973 se dejó de importar chimpancés salvajes. Sin embargo, cuando la epidemia de sida generó una demanda de modelos de infección similares al ser humano, los Institutos Nacionales de Salud (NIH) pusieron en marcha un enorme plan de cría de chimpancés. En 1996, mil quinientos chimpancés vivían en los laboratorios de investigación, tanto propiedad de los NIH como de fundaciones, universidades y empresas privadas.

En 1997, el Instituto para la Investigación con Animales de Laboratorio (ILAR) publicó un informe en el que se reconocía un «exceso» de chimpancés en los laboratorios, resaltando la responsabilidad moral de asumir su cuidado. Este informe fue la base para la Chimp Act, la ley para la protección de los chimpancés que firmó en el año 2000 el entonces presidente de los EE. UU., Bill Clinton. Por primera vez, se prohibía matar a los chimpancés cuando los laboratorios ya no los utilizaban. Se establecía una «pensión vitalicia» para ellos y la creación de un santuario federal, el Chimp Haven, en el estado de Lousiana, financiado por el Gobierno federal, donde deberían trasladarse los chimpancés jubilados.

En 2013, el director de los NIH declaró que ya no financiarían ninguna nueva investigación biomédica con chimpancés a los que reconoció como «nuestros parientes más cercanos, que merecen consideración especial y respeto». Dos años después, en 2015, el Servicio Federal de Pesca y Vida Salvaje clasificó a los chimpancés de EE. UU. como especie amenazada, y se puso fin a la investigación biomédica con ellos.

Sin embargo, con el paso de los años, se está demostrando que el traslado de los chimpancés está siendo complicado y demasiado lento. El Chimp Haven no puede acoger a todos los chimpancés, más de trescientos, que están esperando su traslado, a pesar de que el plan de los NHI es reubicar a todos los chimpancés de su propiedad en 2026. El santuario tiene una capacidad para doscientos treinta animales y, si bien planean ampliar sus instalaciones, aún será insuficiente para todos los chimpancés que esperan un merecido retiro.

También han surgido críticas sobre estos traslados por ser un proceso estresante —los viajes desde los laboratorios hasta el santuario pueden durar más de doce horas—. Además, la mayoría de los chimpancés son mayores y/o enfermos crónicos. Cuando llegan al santuario, son puestos en cuarentena para tener la seguridad de que no son portadores de enfermedades contagiosas. Algunos centros de investigación preferirían jubilarlos in situ, ya que consideran que muchos animales están demasiado débiles para su traslado, aunque las entidades animalistas argumentan que los chimpancés, que han vivido prácticamente toda su vida —algunos llegan con cincuenta años al santuario— encerrados en jaulas y aislados, merecen acabar su vida en contacto con la naturaleza y sus congéneres.

Laboratorios privados, como el New Iberian Research Center (NIRC) de la Universidad de Luisiana —considerado como el mayor centro de investigación con primates—, también han jubilado a sus chimpancés y los están enviando al santuario del Project Chimps, en Blue Ridge, Georgia, financiado por la Humane Society de Estados Unidos y donaciones de particulares; anteriormente había albergado gorilas y los chimpancés podrían vivir en un entorno natural hasta el fin de sus días.

Fondo documental: Sara Reardon, Nature, 31.1.2018; James Gormannov, nytimes.com; Janegoodall.com; Project Chimp; David Grimm, ciencemag.com

Ong ADDA -Junio 2018


Relación de contenidos por tema: Experimentación


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