El primer palomar ecológico - Iván Hernández, Deborah Parris.

ADDAREVISTA 34

Desde mediados del siglo XX, el proceso imparable de la industrialización y los movimientos paralelos migratorios del campo a las ciudades, han tenido como consecuencia indirecta una progresiva desnaturalización de las relaciones que mantienen personas y animales. La mayor parte de las veces, la ignorancia hace que miremos con recelo a los animales que colonizan los pocos espacios urbanos que se les permite. Asimismo se tendría de ser capaces de replantear estas relaciones y mirar con otros ojos a gorriones, ardillas, garzas, golondrinas y también, como no, a las palomas. Estas aves ofrecen, a escala urbana, escenas de la naturaleza extraordinariamente valiosas si existe suficiente sensibilidad como para detenerse a apreciarlas. En Manlleu, de la misma manera que se ha vivido de espaldas al rio Ter, buscando tan solo su rendimiento económico pero ignorando su riqueza ecológica y paisajística que embellece y da vida a la ciudad, se vive ahora de espaldas a la mayor parte de estos animales “periurbanos ” del que forman un todo.

Al igual que se ha llegado a comprender que el río y el pueblo son dos realidades simbióticas, se tendría, ahora, que valorar en su justa medida la relación que se mantiene con los animales. Las palomas, como las golondrinas, los jilgueros o los mirlos, enriquecen el paisaje, le dan vida y educan a la sociedad. Eso sí, ordenando su presencia en la medida en que no causen conflictos debido a un exceso de proliferación.

LAS PALOMAS ¿SON SALVAJES O DOMÉSTICAS?

Todos los animales citados son animales salvajes que por una u otra razón se han adaptado al medio urbano. Sin ir más lejos, la paloma urbana proviene de la paloma roquer (Colomba livia) y su entorno natural ahora se asemeja mucho al de la población: cuando los acantilados son sustituidos por las edificaciones. El entorno urbano les proporciona los tejados, los agujeros y las ventanas de las buhardillas de los edificios como lugar de cobijo, reposo, y lugares para anidar. Las calles y plazas como principales lugares donde poder alimentarse. En los pueblos y ciudades las palomas encuentran alimentos por las calles que la gente ni siquiera sabe ver. Un simple bocadillo deja caer sus migajas y un niño deja caer un trozo de Donut, las bellotas de las encinas en los parques, el paso de un tractor con un remolque lleno de grano y derrama un poco… Todo lo aprovechan las palomas. Sin contar con las personas que vocacionalmente las alimentan, como gentes, niños y abuelos, que se divierten observándolas comer.

Otras personas las alimentan sistemáticamente pensando, seguramente, que no pueden hacerlo por sí mismas. Aquí puede estar el error y a la vez el problema moral y social. Por una parte es una muestra de compasión y empatía “ayudar” a los animales. Hay algunos que sí que son dependientes de los humanos como los perros que han perdido su hábitat natural y -en menos medida-, los gatos. Pero en el caso de las palomas, está comprobado que son autonomas y se autorregulan en función de la cantidad de alimento que encuentran. Si hay comida en exceso, simplemente se sienten seguras para criar con más frecuencia. Después la población se desborda y aparecen las quejas de algunos ciudadanos, los menos, alegando suciedad o daños en monumentos u otros lugares.

EL PALOMAR

El pasado dia 30 de mayo de 2007 se inauguraba oficialmente el palomar de Manlleu en el Paseo del Ter, cercano a este río, que quiere ser una solución real, permanente y sostenible, bajo una óptica ecológica. Más de un centenar de palomas ya son sus residentes y es una realidad pionera en este nuevo siglo que se ofrece como experiencia para ayudar a estabilizar colonias de palomas urbanas y periurbanas dentro de unos limites razonables de acuerdo con la biodiversidad de la población.

La idea básica del proyecto se ha basado en los siguientes condicionantes:

  1. Construir un palomar en un parque, en la ribera del río bajo la tutela de un voluntario de la Plataforma Animalista que les proporcine el alimento adecuado de forma regular. Si disponen las palomas del lugar adecuado, protegido, y con fuente de alimento, anidarán y criarán dentro del palomar. Se puede controlar el número de huevos sustituyéndolos por otros de pega, pero no todos porque un sucesivo fracaso de poyuelos a la larga decaería como lugar idóneo de reproducción. La naturaleza es sabia y las palomas no son tontas.
  2. Es sabido que a las palomas les encanta dormir y anidar en el interior de las casas abandonadas. Para evitar estas facilidades corresponde al ayuntamiento incentivar a sus propietarios para que cierren puertas y ventanas, particularmente de casas deshabitadas o en estado de abandono a fin de evitar que allí puedan anidar y criar.
  3. Es necesario educar a las personas en el respeto y el conocimiento de los animales que cohabitan en la población. El proyecto debe ir acompañado de una campaña de información ciudadana en la que se expliquen, punto por punto, los motivos por los cuales se ha construido el palomar y cual es la finalidad del mismo. Todo el pueblo está invitado a alimentar a las palomas alrededor del palomar pero no lejos de él pues la ordenanza municipal lo prohíbe.

La mentalización de la población es importante para lograr su participación y colaboración. La Plataforma Animalista, quien gestiona el proyecto, se ofrece para organizar charlas y talleres o visitar las escuelas. (Para más información y contactos: Plataforma Animalista de Manlleu, PAM, tel. 93 851 3994 pamanlleu@gmail.com).

 

Ong ADDA  -Julio 2007


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