Jordi Bigas. Entrevista - ADDA

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Conseguir una entrevista con Jordi Bigas no es fácil. Persona de una frenética actividad, esta volcado de pleno en la cultura y en la política verde. Ha sido recientemente nominado candidato a eurodiputado por los partidos Verdes para las próximas elecciones al Parlamento Europeo que se celebrarán en junio de 1994. Periodista en TVE, en Interviú, con sus inicios en la radio, es autor "50 Cosas Sencillas que tú puedes hacer para Salvar la Tierra" con más de medio millón de ejemplares editados, autor de "Las Páginas Verdes" con 100.000 direcciones clasificada y ahora publicará "50 Cosas Sencillas que tú puedes hacer para Proteger los Animales".
Director de Integral, ha participado en múltiples iniciativas asociativas y formado parte de diferentes organismos consultivos de la Administración. Jordi Bigas es actualidad con vistas a las próximas elecciones al Parlamento Europeo. Sus manifestaciones -ahora ideas y proyectos- podrían tener, en el futuro, una importante trascendencia. Por esto, creemos que nuestro lectores agradecerán conocer a través de preguntas y contestaciones directas el perfil de nuestro personaje.

Jordi, tú eres una persona con una larga trayectoria y compromiso en el movimiento verde. Parece como si este sentimiento viniera marcado desde tu infancia. ¿Cómo definirías tu personalidad a nuestros lectores?
No soy exactamente joven. Me ha costado cuarenta años seguir teniendo un compromiso vital que, puede parecer juvenil, pero creo que es únicamente ético. Desde muy pequeño fui educado en la idea de que valía la pena preguntarte si eres parte del problema o parte de su solución;
...que a pesar de que nuestra contribución sea minúscula, el egoísmo solidario es el mejor y la manera más sencilla de hacer las paces con la conciencia. Mi personalidad, como la de cualquier humano, es difícil de resumir: soy vanidoso, tengo excesiva estima de mi persona, soy un poco pedante...

Para quienes lo desconozcan: ¿cuál ha sido tu grado de participa¬ción en Greenpeace España?
Me lancé de cabeza. En aquellos momentos (el 23 de abril de 1985 en la que inicié mi vinculación directa, ya que desde 1980 venía colaborando con Greenpeace Internacional en campañas concretas) no teníamos ni un duro. Trabajábamos en condiciones muy precarias y muchos días acabábamos de trabajar pocas horas antes de reiniciar el trabajo. Pero era fantástico: estábamos redefiniendo el ecologismo hispánico, motivando a mucha gente y abandonando la marginalidad. En aquella época la defensa de las especies en peligro de extinción, la crítica a la civilización industrial y la oposición a la energía nuclear parecían temas desligados. Greenpeace enseña a los grupos ambientalistas a definir campañas concretas y objetivos concretos, a exponerlos en folletos con preguntas, respuestas, soluciones y formas de participación individual en la resolución de los conflictos y agresiones. Y, ¡cómo no!: la acción directa no violenta. Fue la aparición del eco-pacifismo. Ser protagonista de esto es un privilegio y una gozada. Estábamos abriendo perspectivas y sometidos a múltiples críticas: ¡éramos unos vendidos a una multinacional verde!, ¡abandonábamos el trabajo de base!...

¿Por qué los Verdes no han logrado representación en los Parlamentos?
Hay muchos iluminados y pocas luces. Seguro que recibiré críticas por lo que acabo de decir pero todos los que me conocen saben que digo lo que pienso. Aparte de las dificultades externas, los Verdes son responsables de su irrelevante presencia social, retozan en la marginalidad como si los problemas no tuvieran entidad. Querellas internas y caudillismos han impedido construir una Confederación de partidos. Se confunden muchas cosas como la defensa de la identidad nacional y el espíritu de campanario. Tenemos pensadores y mensaje, pero los mensajeros no están a la altura de las circunstancias. El hecho de que se plantee la posibilidad de que haya varias listas electorales a las Europeas, por no aceptar el resultado de una votación democrática es vergonzoso. Como estoy declarando esto a una revista de personas motivadas por la defensa de los animales y la naturaleza, puedo permitirme ser más autocrítico. Todos tenemos una parte de responsabilidad en la postración de un movimiento verde que nació prematuro y con problemas de salud. Todos estos defectos y déficits son, a mi entender, un estímulo complementario para trabajar por la refundación de Los Verdes, para ponerlos al servicio de la gente que se mueve, para integrar en el proceso al 90% de las verdes y los verdes que no están en la organización.

Conociendo tu preocupación y sensibilidad por los animales, ¿cuáles serían tus líneas de actuación?
Me gustaría que hubiera una Comisión de Trabajo del Grupo Verde del Parlamento Europeo, que se centrara en la defensa de los Derechos del Animal. Esta comisión podría trabajar con las otras transversalmente. De esta manera, se entendería que el respeto por los seres vivos y la diversidad no debe desligarse del conjunto de actua¬ciones políticas verdes. En el Parlamento Europeo podemos tener un altavoz que incida en la población europea, que ayude al nacimiento de una nueva cultura de solidaridad con la humanidad y fraternidad con la Tierra.

Se opina que ecologistas y defensores de los animales viajamos en el mismo tren pero en vagones separados, lo que provoca un cierto distanciamiento a la hora de abordar algunos planteamientos en la defensa del bienestar animal.
El ecologismo estuvo centrado durante mucho tiempo en la idea de la gestión racional de recursos. Se trataba de ordenar su consumo frente a la irracionalidad de su uso. De esta manera la defensa de las ballenas, por ejemplo, era puramente utilitarista: estaban siendo exterminadas y esto comportaba una gestión irracional de un recurso escaso por parte de las flotas balleneras mundiales.
Ahora estamos tejiendo un mestizaje más global. Esto, de hecho, es la cultura verde. Las ideas naturistas y vegetarianistas conviven con las feministas, libertarias, humanistas y las conservacionistas. Es una convivencia llena de complicidades y contradicciones. Quizás esta diversidad y complejidad es su principal valor. Lo que antes denominábamos "la nebulosa ecologista" ahora lo llamamos "la conspiración civil socioecológica".
Me gustaría que hubiera una comisión de trabajo del Grupo Verde del Parlamento Europeo que se centrara en la defensa de los derechos del animal.

Según tu criterio, qué aboca más hacia el vegetarianismo: cuidar la salud o una postura ética hacia esos animales.
El bienestar animal es un imperativo ético para cualquier sociedad al margen o en paralelo al vegetarianismo. Uno puede adoptar, o no, dietas vegetarianas. Pero debemos acabar con dos problemas previos: los tópicos y la dificultad para cambiar los hábitos de la población. Existen muchos tópicos que desprecian las dietas vegetarianas; poco a poco pierden peso, pero lo que a mi entender es más importante es saber si somos capaces de que las personas estén predispuestas, y dispuestas, a cambiar de hábitos en función de las ideas y los criterios. La inercia y lo establecido impide que muchas personas lleguen a conclusiones racionales respecto a cuáles son su hábitos y cuáles piensan adoptar cotidianamente, siendo protagonistas de sus propias vidas. Sin esa actitud previa no conseguiremos cam¬biar mucho y, realmente, debemos basar el cambio ecológico social en el cambio de hábitos individuales.

Integral lleva quince años promocionando una cultura verde. Los primeros años fueron difíciles pero el prestigio ha ido ganando terreno. ¿Cómo ves el horizonte de Integral y su proyectos futuros?
Es verdad. Promocionamos una cultura verde plural, abierta y poco dirigista. Integral es un buque que ha tenido mucha suerte. La abnegación de los marinos ha permitido mejorar su presentación, aumentar sus ventas, consolidarse como una de las pocas tribunas independientes. Ahora Integral se plantea nuevos objetivos y retos. Es posible que los consigamos con la ayuda de los 20.000 subscriptores y 30.000 compradores de kiosko.

Volviendo a tu especial sensibilidad hacia los animales, sabemos que, desde hace tiempo, estás trabajando en un libro dedicado a la defensa de los animales.
Es una adaptación a la realidad hispánica de un manual de PETA (People for the Etical Treatment of Animals), aparecerá en castellano y catalán acompañado de un amplio directorio de grupos de defensa de los derechos del animal. Gracias a Francesc Juste, Director Ejecutivo del ADDA, y otros colaboradores, el libro va a permitir reflexionar sobre temas que hasta ahora pertenecían a los expertos. Sintetizar todo lo referente a los Derechos del Animal en un manual permitirá socializar y colectivizar una información dispersa. Espero que sea un éxito y que contribuya a la formación de activistas. Seguro que comportará polémicas dado el grado de radicalidad de algunos capítulos.

Muchas gracias y te deseamos los mejores éxitos.


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