Las trampas. El cepo "Leghold"- Max Argerich

ADDAREVISTA 18

Han pasado casi tres años desde que la Unión Europea (UE) aplazase la entrada en vigor del artículo del Reglamento que prohíbe la importación de pieles obtenidas mediante captura de animales con la cruel trampa "leghold", debido fundamentalmente a las presiones de Canadá y Estados Unidos (EEUU), países que la utilizan y que exportan a Europa más del 70% de sus pieles. Se trata de un proceso complejo que dura ya varios años, y comporta, entre otras presiones, una amenaza de denuncia ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), para impedir que la UE cumpliese con el compromiso democrático ante sus ciudadanos, no sólo de eliminar este procedimiento de captura dentro de su territorio, sino, además, y como consecuencia lógica, de impedir la entrada en su mercado de los productos de otros países que aún no han abandonado ese método inhumano y no selectivo, prohibido en 88 países. En caso de que los países norteamericanos llevaran a cabo la denuncia ante la OMC y Europa perdiera la causa, sería un peligroso precedente de imposición comercial sobre legislación de protección animal y medioambiental.

HISTORIA DE UNA LEY

El Reglamento del Consejo (CEE) 3254/91, vio la luz después de muchos años de campañas de los movimientos animalista y ecologista y de la opinión pública en general en contra del cepo "leghold", artefacto de captura cruel que ya está prohibido en 88 países, incluida la Unión Europea. Este artefacto diabólico es mayoritaria-mente rechazado por la opinión pública europea y norteamericana y ya fue rechazado también en 1863 por Charles Darwin, por ser, según dijo él mismo, "un instrumento que produce una terrible agonía a miles de animales, probablemente durante 8 ó 10 horas, antes de la muerte; es difícil exagerar el sufrimiento que soportan, muertos de miedo, con un dolor espantoso, enloquecidos por la sed y por sus vanos intentos de escapar". (Ver ADDA Defiende los Animales n°3).

EL CEPO "LEGHOLD"

Es un artefacto que posee unos muelles que tensionan sus dos mandíbulas de acero, que se cierran cuando el animal camina sobre la palanca que acciona el mecanismo, atrapando cualquier miembro del animal. Se puede utilizar sobre el suelo, dentro del agua o sobre los árboles. Sobre la tierra seca, el animal capturado puede permanecer de 24 a 72 horas o más atrapado, hasta que llega el trampero y lo mata, si no ha muerto antes. Mientras, está expuesto a las inclemencias del tiempo, al hambre y la sed, además del terror que le produce su vulnerabilidad frente a posibles depredadores. Otro método consiste en utilizar el artefacto para ahogar a los animales. El animal es atrapado bajo el agua o en la orilla, y arrastrado hacia el fondo debido al peso de la trampa. En los árboles, la trampa provoca la caída del animal, de modo que permanece colgado y atrapado por uno de sus miembros hasta que muere o lo mata el trampero.

Esta trampa es la más popular entre los tramperos norteamericanos. Según un informe de 1990 de la Asociación Nacional Americana de Tramperos, es el método más apreciado para 13 de las 15 especies más buscadas comúnmente.

MÉTODO CRUEL

Cuando las mandíbulas de acero se cierran sobre el miembro del animal, desgarra tanto la carne como el músculo, y llega a romper los huesos. Los tejidos resultan muy dañados, los tendones rotos, además del "shock" emocional, y en ocasiones también hay algún miembro amputado. En sus intentos por huir, el animal se agita violentamente y muerde el metal, a menudo rompiéndose los dientes. A veces también muerde su miembro atrapado hasta conseguir amputárselo, quedando así liberado pero terriblemente automutilado.

A pesar de que en algunos casos consiguen escapar, su estado es tan lamentable que raramente sobreviven, ya que no pueden cazar y mueren de hambre o gangrena, o son cazados por otros depredadores.

LA TRAMPA LEGHOLD "ACOLCHADA"

Según los tramperos, este cepo es "más humano", aunque los estudios muestran que no reduce los daños en los miembros de los animales atrapados de modo significativo, e incluso podrían causar más daño. Los tramperos aseguran que los animales no sufren dolor, temor o estrés mientras permanecen atrapados en el cepo, a pesar de que esas afirmaciones no tienen fundamento científico. Sí hay múltiples pruebas científicas que demuestran que los animales no sólo sufren el dolor, sino que además quedan traumatizados por una experiencia tan estresante.

Como no se quiere estropear la piel, después de todo ese sufrimiento, el trampero mata al animal golpeándolo con objetos contundentes o permaneciendo de pie sobre su pecho, de modo que se vacíe su cavidad torácica y se ahogue, o aplastando su corazón.

El cepo "leghold" no es una trampa selectiva. Cualquier animal que salte sobre la trampa quedará atrapado. De ese modo, muchas especies que no son el objetivo inicial son atrapadas. Ello incluye especies en peligro de extinción, animales de compañía (perros, gatos), animales de granja como ocas, gallinas, etc. y animales salvajes sin ningún valor comercial pero con gran valor ecológico, que son desechados porque "no sirven" para nada. Los cepos colocados en los árboles atrapan especies arbóreas como la marta, pero también pájaros, como la amenazada águila dorada.

LA OPOSICIÓN NORTEAMENRICANA, EL GATT Y LA OMC

La industria peletera norteamericana (EEUU y Canadá) afirma que perderá unos 250 millones de dólares cuando la prohibición establecida en el Reglamento de la UE entre en vigor, dado que el 70% de su producción va a parar al mercado europeo. Por tal motivo ha presionado todo lo posible a las instituciones europeas para que den marcha atrás en su legislación. Su última estrategia coercitiva consistió en amenazar a la UE con presentar una denuncia frente a la OMC, dado que, según ellos, este Reglamento iba en contra de lo dispuesto por el GATT, acuerdo de libre comercio internacional firmado por casi todos los países del mundo, entre ellos la UE, y que desde que entró en vigor viene amenazando las leyes que protegen los animales y el medio ambiente, por considerarlas contrarias al libre comercio. En él se afirma que un país no puede prohibir la importación de productos simplemente porque no esté de acuerdo con su modo de producción. La UE podría tener problemas legales a la hora de defender su Reglamento, pues litigios comerciales anteriores indican que las normas actuales tienden a ser interpretadas de modo que se prevenga cualquier discriminación sobre la base del proceso productivo.

LAS RAZONES EUROPEAS

Según un informe legal de la asociación animalista británica RSPCA, la UE podría ganar una supuesta demanda ante la OMC, dado que el Reglamento 3254/91 prohibe el uso del cepo "leghold" también dentro de la UE, y por tanto no se está dando ningún tipo de protección a la producción interna. No se están dando facilidades comerciales a ninguna de las partes, siempre y cuando todos acaten el Reglamento. Además, la RSPCA cree que el artículo XX del GATT puede servir para defender la causa contra el uso de la trampa "leghold", ya que hace una serie de excepciones a las condiciones del resto de artículos, entre ellas las medidas "necesarias para proteger la vida o salud humanas, de los animales o de las plantas" y "necesarias para proteger la moralidad pública". Dado que el Reglamento ha sido elaborado básicamente para defender la vida silvestre y su base es esencialmente moral, ese artículo del GATT le es aplicable.

Pero a la UE todavía le quedan buenos argumentos para defender sus acciones y posición moral. En caso de perder ante la OMC, la UE no está obligada a modificar su legislación, sino que puede negociar acuerdos comerciales compensatorios con las partes contrarias. En ningún caso se debe permitir que el comercio pase por encima de los objetivos sociales, medioambientales y de bienestar animal. La UE no puede ser obligada a aceptar la importación de unos productos peleteros que no está de acuerdo con sus propias prácticas y que ofenden a la opinión pública de sus países miembros.

CRONOLOGÍA DEL PROCESO

En 1982, la CEE aprobó el Convenio de Berna, mencionado en el Reglamento 3254/91, y cuyas provisiones incluyen la prohibición de métodos indiscriminados de captura y muerte, entre ellos los cepos para ciertas especies.

En 1983, en la Conferencia del CITES, Gambia pidió eliminar el comercio de productos procedentes de animales "capturados con métodos crueles, incluida la trampa "leghold". Canadá sugirió entonces trasladar la cuestión a la Organización Internacional de Normalización (OIN), para establecer criterios de trampeo "humano". El primer encuentro tuvo lugar en Quebec, en 1987, pero pronto se vio que la cuestión central no sería el bienestar animal y la necesidad de desarrollar alternativas, sino los intentos de Canadá de hacer pasar la trampa "leghold" como "humana".

En 1988, los miembros del Parlamento Europeo, que en todo momento se mostraron partidarios de implementar el Reglamento 3254/91 de la UE, firmaron una Resolución que pedía normas para el etiquetado de los productos de piel y también la prohibición de la fabricación, venta o uso de la trampa "leghold". Entonces la industria de la piel presionó a la UE con la excusa de que ya había investigaciones en marcha en la OIN. La UE aceptó tales excusas y decidió darles más tiempo para desarrollar alternativas "humanas" al cepo o trampa "leghold".

APROBACIÓN DEL REGLAMENTO

En 1991 se aprobó definitivamente el Reglamento 3254/91 que prohibió el uso de la trampa "leghold" dentro de la UE a partir del 1 de enero de 1995 y prohibe también la importación de pieles por parte de países terceros que la utilicen partir de la misma fecha. La historia de dicho reglamento a partir de su aprobación es la historia de sus sucesivos aplazamientos para impedir su plena aplicación. Empezaron en julio de 1994, cuando según el Reglamento de la Comisión (CE) n°1771/94 de 19 de julio de 1994, ésta acordó trasladar la prohibición de importar pieles y productos manufacturados de ciertas especies salvajes capturadas cruelmente del 1 de enero de 1995 al 1 de enero de 1996, porque consideró que las normas internacionales que debían regular métodos humanos de captura no estaban aún a punto, y porque, en su opinión, la mayoría de países exportadores habían demostrado un progreso suficiente en la eliminación de trampas y métodos crueles. Se temía que la aplicación de la prohi-I bición pudiera afectar negativamente a las negociaciones internacionales en curso para definir las normas de captura "sin crueldad" y desalentar así a los países con voluntad de aplicarlas. Se acordó la fecha límite de 1 de septiembre de 1995 para decidir qué países quedaban exentos y las formas de certificación, fecha que tampoco se cumplió. Otro aplazamiento.

Las organizaciones de bienestar animal denunciaron inmediatamente tal acción, ya que el Reglamento no prevé un aplazamiento por el motivo alegado (el desarrollo de métodos más humanos). Siendo cierto que aún no existe consenso internacional respecto a las normas de captura humanitarias, los países deseosos de quedar exentos del embargo podrían recurrir a la otra condición propuesta por el Reglamento: la prohibición en su territorio del uso del cepo o trampa "leghold". Los defensores del bienestar animal también consideran que la prohibición efectiva, lejos de desfavorecer la investigación de alternativas, la estimularía más que cualquier otra acción llevada a cabo hasta el momento.

INVESTIGACIÓN DE ALTERNATIVAS

El Comité TC191 de la OIN suspendió su intento de diseñar criterios de trampeo humanitario en septiembre de 1995, después de perder mucho el tiempo y no llegar a ningún resultado positivo gracias a la manipulación de Canadá. En su lugar se estableció un comité cuatripartito USA-Canadá-Rusia-UE, el Grupo de Trabajo para el Desarrollo de Criterios Internacionales de Trampeo Humanitario, que, por supuesto, vetó la entrada de observadores de grupos animalistas y se encerró en el más absoluto secretismo.

El mayor obstáculo es la obsesión de la industria peletera en definir criterios que incluyan la trampa "leghold", y su empeño en ignorar sistemáticamente las alternativas. La industria peletera ha tomado posiciones defensivas y rechaza reconocer nuevos sistemas. Los defensores de la implementación del Reglamento de la UE creen que no hay esperanzas de que el Grupo Cuatripartito vaya a avanzar más de lo que lo hizo la OIN, tras 8 años de deliberaciones.

PRESIONES

A finales de 1995, cercana ya la fecha definitiva de implementación de la prohibición de importación de pieles obtenidas por métodos crueles, la presión de Canadá y EEUU se incrementó notablemente con el envío de delegaciones a Bruselas. Al parecer, medio millón de dólares destinados a la educación de los tramperos en técnicas más humanas se gastaron en enviarlos a presionar a la UE. Entre sus demandas estaban el retraso por un año más de la imple-mentación, así como su aplicación especie por especie, como una posible interpretación del texto del Reglamento europeo. Además, proponían una implementación a nivel subfederal, es decir, a nivel de provincias canadienses o estados americanos que cumpliesen con la normativa, entre muchas otras quejas y trabas interpuestas con el fin de complicar el trabajo de la UE y ejercer presión en todos los frentes. En un principio, el Gobierno de Canadá se comprometió a usar métodos de captura humanos y afirmó que para 1997 ya habría gastado unos 5,2 millones de euros en la investigación y desarrollo de métodos más humanos. Sin embargo, tras 20 años de investigaciones, el Instituto de la Piel de Canadá (FIC) no ha desarrollado ninguna alternativa como fruto de sus secretas investigaciones.

En cuanto a la implementación especie por especie, los animalistas lo consideran imposible por la propia naturaleza de la trampa "leghold", que no es selectiva. Por lo que respecta a la propuesta de exenciones subfederales, se consideraría un precedente extraño, dado que la UE es una institución supranacional que representa a naciones estado y negocia en su nombre a nivel de países soberanos. Además, una negociación subfederal o provincial de tal tipo requeriría un control exhaustivo de las importaciones por el alto riesgo de fraude que comportaría. En definitiva, las propuestas de modificación son inaceptables por ir en contra del espíritu original del Reglamento, que pretende acabar con la permisividad en el uso de la trampa "leghold" haciendo que su uso continuado no sea ventajoso para los tramperos. La trampa "leghold" es bárbara, cruel, y su uso injustificable en cualquier sociedad humana, bajo ningún concepto.

Sin embargo, en la línea de concesiones de la UE ante las presiones norteamericanas, en noviembre del 95, el Comité 113 del Consejo Europeo, formado por representantes del área de Comercio de los 15 estados de la UE, votó por el aplazamiento del embargo. Tanto la Comisión Europea como la mayoría de los Gobiernos de los países de la Unión estaban a favor del aplazamiento de las restricciones comerciales a terceros países, pues deseaban evitar por todos los medios la denuncia ante la OMC y posiblemente pagar unos 65 millones de libras en multas. Por el contrario, ese mismo mes, el Comité de Medio Ambiente del Parlamento Europeo se declaró a favor del embargo por considerar que no había motivo alguno para el aplazamiento de las restricciones a la importación de pieles obtenidas mediante cepo "leghold".

REACCIÓN DE LOS ANIMALISTAS

En ese momento los defensores del bienestar animal pusieron en marcha sus propios mecanismos de presión para contrarrestar la potente embestida de la industria norteamericana de la piel, apoyada por los Gobiernos de EEUU y Canadá. David Wilkins, director de Eurogroup para el Bienestar Animal, afirmó: "La legislación refleja los valores de una sociedad. La credibilidad de la Comisión Europea y de la democracia se verán dañados si la protección de los animales es menos importante que las exigencias de la industria peletera. Si se pasa esta legislación por alto, muchas otras legislaciones de bienestar animal y medio ambiente y consumo pueden verse amenazadas". Los defensores de las restricciones comerciales denunciaron la falta de voluntad de mejora por parte de los países que utilizan la trampa "leghold", dado que, después de años de trabajos, la OIN no ha logrado ningún acuerdo internacional sobre métodos de trampeo más humanitarios. Los gobiernos "pro-leghold" y sus representantes se han negado a aceptar que dicho cepo es inhumano y han tratado de que todas las investigaciones se basaran en modificaciones sobre dicha trampa, sin aceptar el reto de crear nuevos instrumentos de captura más humanos, como podrían ser las cajas utilizadas por naturalistas y conservacionistas, rechazadas por los tramperos por ser "demasiado voluminosas". Escandalizados, los defensores de los animales observaban cómo la UE pretendía abandonar en el último momento una legislación de protección animal alcanzada mediante un proceso democrático, en favor del libre mercado y los intereses de la industria peletera norteamericana, sin ni siquiera marcar una fecha límite o un calendario que obligara a los terceros países.

MÁS APLAZAMIENTOS

A pesar de la oposición del Parlamento Europeo, de los defensores de los animales y de la opinión pública europea, la Comisión Europea propuso al Consejo Europeo no sólo el aplazamiento de la entrada en vigor del Reglamento, sino también su modificación de modo que se adecuase a los principios del GATT y no fuera posible plantear una denuncia contra ella ante la OMC. La reacción del Parlamento Europeo no se hizo esperar: "El Parlamento Europeo lamenta la intención anunciada de la Comisión de proponer al Consejo rescindir o suspender lo relativo a las importaciones e insiste en que estas propuestas de enmienda de la legislación europea deben respetar el derecho del Parlamento a ser consultado". Además, instó a la Comisión a verificar que se cumpliría la prohibición el 1 de enero del 96, tanto dentro como fuera de la Comunidad. La Comisión fue duramente criticada por no haber puesto en marcha las medidas de implementación acordadas, y además se advirtió de que se podía sentar un peligroso precedente en el que el mercado libre salta por encima de las consideraciones de bienestar animal o medioambientales. Por otra parte, el Parlamento se mostró escéptico ante la posibilidad de que un año más de negociaciones pudiera desembocar en el desarrollo de alternativas de captura humanamente aceptables, después de 6 años de conversaciones con Estados Unidos y Canadá.

Finalmente, el Consejo de Ministros de la UE aprobó la propuesta de aplazamiento hecha por la Comisión Europea. En defensa del Reglamento, el 14 de diciembre de 1995, el Parlamento Europeo aprobó una moción a favor de la implementación del embargo de pieles por 240 votos a favor, 46 en contra y 14 abstenciones.

LA SITUACIÓN EN CANADÁ

Incluso si una trampa pudiera ser considerada humana en condiciones de laboratorio, es decir, que hiciera sufrir al animal durante un corto período de tiempo, las condiciones medioambientales, geográficas, atmosféricas, así como los diferentes tamaños y comportamientos de los animales deben ser tenidos en cuenta. Pero la realidad es que los tramperos canadienses están más preocupados por una eficaz captura de animales que por la reducción de su sufrimiento.

Según el Gobierno de Canadá, Europa no tiene derecho a querer imponerle sus valores morales. No es de la misma opinión la población de Canadá. Según una encuesta pública de junio de 1995, el 80% está en contra de la trampa "leghold", y el 70% apoya su prohibición, aunque solamente un 46% de los encuestados conocía tal método de captura. La Canadian Alfiance for Furbearing Animáis, que reúne más de 80 asociaciones canadienses de bienestar animal y medio ambiente, dirigió una carta a todos los miembros del Parlamento Europeo asegurando que está en contra de este cepo por ser cruel y no selectivo, defendiendo su prohibición.

El uso de la trampa "leghold" está permitido legalmente en Canadá para la mayoría de las especies: lobo, zorro, lince, coyote, castor, visón, etc. Según los animalistas canadienses, por mucho que lo disfrace su Gobierno, no se trata de una trampa selectiva, pues cualquier especie puede caer en ella. La Asociación Médica Veterinaria Canadiense no aprueba el uso del cepo, que también viola la "Declaración de Principios sobre Bienestar Animal y Etología" de la Asociación Mundial de Veterinarios, de 1990, que afirma que los animales deben poder comer y beber, deben poder moverse sin sufrir incomodidad o malestar y no se les debe infligir daños ni se les debe retener angustiados. Además, deben poder desarrollar sus patrones naturales esenciales de comportamiento.

Las asociaciones animalistas canadienses han reiterado su apoyo al Reglamento europeo y rechazan el aplazamiento del embargo a las importaciones, porque consideran que ese Reglamento también representa a millones de ciudadanos canadienses que se identifican con la posición moral de Europa. Además, aseguran que la industria peletera no es la primera ni la última que deberá desarrollar nuevos métodos de producción debido a las nuevas preocupaciones medioambientales, y aconsejan a su Gobierno y la industria peletera invertir más tiempo y dinero en el desarrollo de alternativas en lugar de perderlo durante años intentando cambiar la legislación y las opiniones europeas.

CLINTON, "DEFENSOR" DE LOS ANIMALES

Paradójicamente, Bill Clinton, un defensor de las minorías que se ha caracterizado por su traición una por una de todas ellas, declaró en una ocasión: "Siempre he querido y respetado a los animales, y odio y detesto cualquier crueldad hacia ellos. Por favor, estén seguros de que la Administración Clinton será extremadamente sensible a sus problemas". Al Gore, su Vicepresidente, reconocido defensor del medio ambiente, apoyó como senador una ley que prohibía el uso de la trampa "leghold". Incluso el Secretario de Interior Bruce Babbit, declaró: "Una sociedad que permite que animales inocentes sean atrapados en cepos con dientes de acero y mueran agonizando mientras intentan arrancarse a mordiscos el miembro atrapado no puede tener de ningún modo fuerza espiritual para ocuparse de otros problemas del hábitat y su biodiversidad". Sin embargo, Estados Unidos, con Bill Clinton y su Representante de Comercio Micky Kantor a la cabeza, han seguido a Canadá en su amenaza de llevar a la UE ante la OMC, para defender los intereses de la industria peletera.

Por otra parte, según un estudio de la Universidad de Yale, el 78% de los estadounidenses se oponen a la trampa "leghold". Los animalistas estadounidenses han mostrado también su indignación por el hecho de que su país esté representado en este asunto por una pequeña minoría que no respeta a los animales y que les inflige un daño cruel e injustificable.

EL DRAMA DE LOS NATIVOS AMERICANOS

Los nativos americanos han sido vergonzosamente manipulados y utilizados por el Gobierno de Canadá como excusa para no prohibir la trampa "leghold" en sus territorios. De acuerdo con un documento del Ministerio de Asuntos Exteriores canadiense "la conservación de las culturas indígenas es un "tema emocional" muy efectivo con el que contrarrestar las imágenes de animales atrapados en trampas "leghold". De este modo, el drama de los pueblos indígenas se reduce a una muy efectiva herramienta de marketing. Greenpeace retiró su campaña antipieles por miedo a ser tachada de racista o genocida, cuando, en realidad, quien debe ser duramente censurado por manipular un problema tan delicado es el Gobierno canadiense y sus instituciones estatales, que deberán llevar en sus conciencias del genocidio cultural de los pueblos indígenas que dura ya trescientos años. No se trata aquí de racismo, sino de una mezcla pura y dura de economía y política en contra de una legislación de protección animal auténticamente progresista y en absoluta consonancia con los principios ancestrales de las culturas indígenas.

Uno de los argumentos de Canadá en contra del Reglamento 3254/91 es que el trampeo es tradicional e indispensable en la cultura indígena, y que su prohibición destruiría su forma de vida y su único medio de supervivencia. El Gobierno de Canadá afirma que el mercado europeo es una fuente importante de ingresos para las comunidades nativas.

En cambio, debido a sus pocas opciones económicas dentro de la sociedad canadiense, los marginados nativos americanos han venido pidiendo a su Gobierno que prohiba la trampa "leghold" y que promueva métodos aceptados por Europa, de modo que se evite el embargo y se favorezca un acuerdo del grupo Cuatripartito. Los pueblos nativos de Canadá sufren desventajas seculares y sus problemas culturales y económicos producen preocupación entre la opinión pública europea, que ve con simpatía sus reivindicaciones. Han perdido sus tierras, gran parte de su cultura y su modo tradicional de vida. Fueron animados a usar trampas por las compañías comerciales de pieles, que los explotaban, y esta fuente de ingresos la han utilizado para compensar la pérdida de su anterior estilo de vida nómada y de subsistencia. El declive del sistema económico, social y espiritual de los nativos canadienses está unido estrechamente a la temprana alianza con los comerciantes de pieles, la aniquilación de animales a gran escala y la destrucción de su ecosistema de miles de años de antigüedad. Al perder sus hábitos ancestrales, los nativos se vieron obligados a depender del hombre blanco. Desde el principio fueron sistemáticamente excluidos de la jerarquía en el comercio peletero; de hecho, fueron excluidos de todas las instituciones, que se les han impuesto por la fuerza. Con malas condiciones sociales y desesperados, su problema no es otro que la dependencia que sufren. Y Canadá pretende continuar explotando a su población nativa, ignorando que su problema es de dimensiones mucho mayores, que tendrá que ser abordado tarde o temprano, especialmente a partir del declive mundial del comercio de pieles, y que se deberá conceder a estas cominidades su autogobierno, restituyendo así una injusticia que dura siglos. Los valores tradicionales y la conexión con la tierra han sido temas centrales en el enfrenta-miento continuo entre las dos culturas, la de los colonizadores europeos y la indígena. El conflicto entre los valores tradicionales y la cultura de consumo se ha asentado incluso en el seno mismo de la comunidad nativa, que ha cedido en muchas ocasiones sus tradiciones en favor de la explotación minera, de gas, de petróleo, de la tala de árboles y de la agricultura a gran escala, si todo ello les podía aportar beneficios.

OPINIÓN DE LOS NATIVOS

En noviembre de 1995, el Gran Jefe Kenny Blacksmith, nativo Cree, el vicepresidente de la Asociación de Tramperos Cree, y Bryan Craik, consejero del Gran Consejo de los Crees, que representa a 12.000 nativos canadienses, visitaron las instituciones europeas para exponer sus problemas de subsistencia, la falta de ayuda del Gobierno de Canadá y su temor de que la implementación del Reglamento de la UE empeorara su situación. Su vida consiste en las actividades tradicionales de caza, pesca y trampeo. Los representantes de los nativos canadienses narraron al Parlamento Europeo cómo en los años 70 el Gobierno de Canadá se apoderó de sus tierras y fueron obligados a firmar un acuerdo para instalar una central hidroeléctrica en sus territorios. Desde entonces han tenido que luchar contra las inundaciones y la dispersión de su población. El impacto a largo plazo sobre la fauna marina ha tenido un gran efecto sobre su dieta. Los Crees declararon ante los parlamentarios europeos su oposición a la destrucción de grandes áreas de vida salvaje y también a la forma de administración de los recursos forestales impuesta por el Gobierno de Canadá.

Aparte de todo esto, también se consideran discriminados de la política del Gobierno de su país. Acudieron a Europa en busca de una ayuda internacional que les reconozca como pueblo, el derecho a sus prácticas tradicionales, a la administración de sus propios recursos, y que les permita acceder a la protección que otorgan las leyes internacionales a los pueblos. A cambio se comprometieron a conservar el habitat y sus animales, y a utilizar métodos de trampeo humanos, aunque también expresaron su preocupación por el impacto de la prohibición de la trampa "leghold". Se lamentaron de que el Gobierno canadiense no haya ayudado a los productores de pieles salvajes a organizarse y mejorar el trampeo y denunciaron la falta de infraestructuras que permitan obedecer las nuevas normas de trampeo humanas que se acuerden internacionalmente. Entre sus quejas también se refirieron a la exclusión de la que han sido objeto por parte de su gobierno en la búsqueda de soluciones alegando que tampoco protege sus derechos. Por todo ello se presentaron ante la UE por propia iniciativa.

Los Crees afirmaron además que la prohibición no les afectaría demasiado, aunque la pérdida del mercado europeo sí que podría causarles muchas dificultades económicas y afectaría negativamente sus prácticas tradicionales. En este sentido, se quejaron de que el Reglamento europeo no permita una certificación especial para pieles no cazadas con trampeo inhumano, y afirmaron que los nativos Cree optan por que Canadá prohiba la trampa "leghold", mientras se sigue discutiendo una alternativa en el Grupo Cuatripartito.

Por otra parte, los nativos reclaman a su Gobierno medidas de ayuda para implementar los programas y proporcionar formación para favorecer la adaptación tecnológica, y la promoción de programas de administración de los recursos que incluyan la participación de los pueblos nativos. En caso de no cumplirse tales peticiones, el Jefe Blacksmith pidió a la UE que aceptara un etiquetado especial para las pieles de los nativos que no usan "leghold", que se observara el problema desde todos los puntos de vista y que se tuvieran en cuenta las realidades de todas las partes implicadas.

A raíz de esta visita, el Parlamento Europeo pidió a la Comisión un estudio independiente sobre la verdadera situación de los nativos americanos, pues considera que el Gobierno de Canadá y la industria peletera han exagerado cínicamente el uso y dependencia de los nativos respecto a las pieles. En opinión de la UE, el origen étnico de aquellos que usan la trampa "leghold" no puede ser utilizado para justificar el uso de un artefacto bárbaro prohibido en 88 países, con las notables excepciones de USA y Canadá.

HERMANDAD NATIVO/ANIMAL

Según esta asociación de nativos canadienses, la tradición indígena anterior a la colonización era cazar animales para utilizar TODO el animal, para la comida y para el vestido. Los indios consideraban a los animales sus hermanos, y los respetaban aun teniendo que matarlos para sobrevivir, nunca para el comercio. Acusan a la Hud-son Bay Company de haber destruido el estilo de vida nomádico de sus gentes y haber introducido la trampa "leghold" y las armas de fuego en sus vidas y enfermedades mortales, sin mencionar el alcohol, con todo su potencial destructor.

Estadísticas recientes señalan que el 70% de los nativos canadienses no llegan a la enseñanza secundaria, su renta anual media es dos tercios de la media nacional; el número de familias monoparentales es el doble que en las comunidades no nativas; hay cinco veces más niños indígenas bajo la protección de la administración que niños no nativos; menos del 50% de los hogares nativos disponen de servicios como agua corriente y sanitarios, frente al 90% del resto del país; en 1979, el 70% de la población reclusa de las provincias de La Praerie eran nativos; el 70% de los jóvenes indígenas han pasado por la cárcel antes de los 25 años; la delincuencia juvenil es tres veces mayor entre nativos que entre el resto de la sociedad; la mortalidad infantil en las comunidades indígenas es un 60% mayor que la media nacional. Esta es la realidad con la que se debería enfrentar el Gobierno de Canadá, en lugar de comprometer a los nativos en un comercio en decadencia que a largo plazo no solucionará sus problemas. Las soluciones a los problemas sociales, económicos, educativos y políticos de los nativos americanos, si pretenden ser fieles a las tradiciones propias de estos pueblos, deben además pasar por una visión ecológica, de hermandad de las diferentes especies y del ser humano, uno más entre ellas.

Según la Hermandad Nativo/animal, los nativos han sido forzados a aliarse con la industria peletera porque se les obliga a trampear para poder seguir reclamando el derecho a poseer sus tierras, y de ese modo se les obliga subsistir con los pocos recursos que de esas actividades obtienen. Así, los nativos ven en la industria peletera el motivo de sus desgracias más que la solución a las mismas, pues los ha apartado de sus raíces y los ha sometido al dictamen de la cultura blanca dominante.

SITUACIÓN DE LA INDUSTRIA

El número de animales cazados cae cada año, y también ha caído la demanda por parte de los consumidores, lo que ha llevado a la crisis a grandes compañías peleteras. Casi la mitad de los comercios de piel de Estados Unidos han cerrado desde 1989 y el 63% de los peleteros que aún trabajan ven cómo los precios se estancan o caen. Los esfuerzos del Gobierno de Canadá irían sin duda mejor encaminados en el desarrollo de alternativas para el empleo de estas comunidades, en lugar de oponerse a una legislación europea que refleja las preocupaciones de los consumidores europeos y que sigue la tendencia mundial de declive de esta industria.

Los problemas con que se enfrentan los nativos tienen raíces culturales muy profundas y las soluciones no son simples. El Gobierno de Canadá está cerrando los ojos al verdadero drama, la tragedia humana de los nativos de su país. Su "argumento étnico" es sólo una excusa que utiliza la pobreza y marginación de una minoría oprimida como tapadera para ganar su lucha en favor de la continuación de un comercio lucrativo pero de una profunda crueldad e inhumano.

Canadá ha intentado jugar sucio con la Unión Europea, alegando que ésta antepone el bienestar animal al bienestar de los nativos canadienses, su cultura y su economía tradicionales. Europa ha respondido acusando a Canadá de explotar la preocupación europea por las culturas nativas para proteger su intransigente industria peletera, a pesar de que ha tenido tiempo suficiente para buscar alternativas.

Solamente el 2 ó 3% de los nativos canadienses trampean, y sólo a tiempo parcial. Su media de ingresos por este concepto es de unos 450 dólares anuales (según estadísticas canadienses de 93-94), poco, pues el verdadero negocio lucrativo del trampeo está en manos de tramperos no nativos, fabricantes, diseñadores y vendedores. En Canadá hay aproximadamente 1.000.000 de indígenas, y solamente el 2% (20.000) son tramperos con licencia.

Los nativos americanos han sido explotados con desvergüenza por el Gobierno canadiense para defender un comercio que mantiene a unos pocos indígenas apenas sobre el límite de pobreza en uno de los países más ricos del mundo, mientras el provecho económico lo obtienen otros, que no son precisamente los nativos.

SITUACIÓN ACTUAL  - Reglamento (CEE) nº 3254/91 del Consejo.

Este Reglamento, con fecha 4 de noviembre de 1991 y cuyos puntos fundamentales son los artículos del 1 al 17, es el reglamento base que prohibe el uso de cepos en la Comunidad Europea y la importación, en territorio comunitario, de pieles y productos manufacturados a partir de determinadas especies animales salvajes que sean originarias de países que incumpliendo la normativa internacional utilicen para la captura de animales cepos o métodos no conformes al reglamento de captura no cruel. El Reglamento toma en consideración el Convenio de Berna de 19 de septiembre de 1979, relativo a la conservación de la vida silvestre y del medio natural de Europa (Decisión 82/72/CEE), que prohibe la utilización de métodos no selectivos, entre los que se incluyen los cepos, si se utilizan para captura o sacrificio a gran escala o de forma no selectiva. Considera que la supresión del cepo tendrá un efecto positivo en la conservación de las especies de la fauna silvestre amenazada de extinción, dentro y fuera de la Comunidad Europea, y además declara que tendrá en cuenta los trabajos de investigación relativos al desarrollo de métodos de captura no crueles de la Organización Internacional de Normalización (OIN).

Su Artículo 1 define el cepo corno: "artefacto empleado para capturar o retener un animal, mediante un dispositivo que se cierra aprisionando uno o más miembros del animal impidiéndole escapar". El Artículo 2 declara prohibido el uso del cepo en la Comunidad Europea a partir del 1 de enero de 1995. El Artículo 3, el más polémico del Reglamento, prohibe también a partir de enero de 1995 la introducción en la Comunidad de pieles de especies animales de la lista del Anexo I (castor, nutria, coyote, lobo, lince, lince rojo, marta cibelina, mapache, rata almizclera, pekán, tejón, marta y armiño) y los artículos del Anexo II (todo tipo de pieles y cueros, transformados o no parcial o totalmente, derivados de dichas especies), excepto en los casos en que la Comisión establezca que en los países de origen:

  • Están vigentes disposiciones administrativas o legales adecuadas que prohiben la utilización de cepos.
  • Los métodos de captura utilizados para las especies enumeradas en el Anexo I cumplen las normas acordadas internacionalmente de captura sin crueldad.

Esta prohibición quedaba sin efecto durante un año (hasta diciembre de 1995) si, antes del 1 de julio de 1994 y como consecuencia de una investigación por parte de las autoridades competentes de los países interesados, la Comisión consideraba que ya se habría producido un avance lo suficientemente importante en el desarrollo de métodos de captura no crueles en dichos países. El Artículo 4 establece la necesidad de certificar la procedencia no cruel de las pieles, de un modo que queda por determinar.

Tras sucesivos obstáculos, presiones por parte de países con intereses comerciales y aplazamientos de la puesta en marcha inmediata del Reglamento 3254/91 expuestos anteriormente, se llega a la situación actual. Retomando los puntos establecidos en el anexo IV en lo que parece ser el último acuerdo sobre los métodos de trampeo, el Consejo Europeo decidió finalmente en negociaciones llevadas a cabo durante los meses de junio y julio del presente año 1997 bajo la presidencia alemana y después de largas negociaciones con la Federación Rusa y Canadá, abolir la prohibición de importación de pieles para estos países y apoyar un nuevo acuerdo base sobre métodos de caza "humanitarios". Bélgica, Francia y muy especialmente Austria y el Reino Unido votaron en contra de la adopción del acuerdo con Rusia y Canadá. Otros estados miembros, como Alemania, Italia, Suecia y posiblemente Finlandia han expresado sus reservas sobre el acuerdo. La Comisión presentó entonces una nueva lista de países exentos de la prohibición de importar pieles conseguidas mediante la aplicación de la trampa "leghold" -lista en la que no se incluyen Rusia, Estados Unidos y Canadá- junto con otros 20 países que ya han prohibido el uso de la trampa en sus territorios y cuyos nombres debe de hacer públicos la Comisión Europea el 6 de septiembre, en espera de que al cabo de 3 meses se haga efectiva la prohibición internacional sobre la introducción de pieles conseguidas mediante métodos de captura cruel. Esto significa que la prohibición empezará a aplicarse contra Estados Unidos y terceros países no exentos de la ley a partir de 7 de diciembre.

Aparte de estos puntos el Consejo Europeo de Ministros, en la declaración del 22 de julio dejó establecidas otras demandas cuyo cumplimiento se espera que se haga efectivo lo antes posible. Se mencionan brevemente a continuación:

  • En términos generales, el Consejo pide a la Comisión Europea (CE) que haga todo lo posible para posibilitar la puesta en práctica del acuerdo y acelerar las investigaciones sobre los métodos de trampeo que no satisfagan la normativa internacional, para que puedan ser identificados lo antes posible.
  • Vuelve a reiterar la necesidad de estudiar la puesta en práctica del sistema de etiquetaje de las pieles que certifique su procedencia legal en cuanto al sistema de captura no cruel utilizado, algo que ya estaba previsto en el artículo 4 del reglamento, aunque continúa sin precisarse el método a seguir.
  • El Consejo exige la realización de un informe anual que permita el seguimiento progresivo de la aplicación del acuerdo. El primero está previsto para dentro de 12 meses a partir de la entrada en vigor de la ley.
  • Pide también que sean introducidas las mejoras necesarias especialmente en los criterios establecidos en el anexo I, y que se refieren al vencimiento de los plazos previstos en la sección 4.2 del anexo.
  • El Consejo insta a que en breve plazo sea publicada la lista de los países respetuosos con la normativa internacional sobre el trampeo sin crueldad. Recuerda que, como ya se ha comentado anteriormente, la prohibición de importar pieles para los países no incluidos en la lista entrará en vigor en un plazo de tres meses a partir de la publicación oficial.
  • Pide también a la Comisión que se aproveche este plazo de tiempo para intensificar esfuerzos que permitan llegar a un acuerdo con los Estados Unidos, en términos equivalentes a lo acordado con Rusia y Canadá.

Respecto a las últimas negociaciones entre Estados Unidos y la Unión Europea los puntos acordados con fecha 4 de septiembre, son los siguientes:

  • Los Estados Unidos aprueban la prohibición de la trampa leghold para la rata almizclera y el armiño, defienden el cumplimiento del acuerdo respecto a la lista de especies mencionadas en el mismo y añaden 10 especies más aunque en ningún caso se menciona a los animales salvajes.
  • Se comprometen a no utilizar dicha forma de trampeo siempre que existan otras alternativas viables, reservándose el derecho de usar trampas convencionales si no existen estas alternativas. Todo parece depender del significado de "viable". En definitiva, los Estados Unidos en líneas generales mantienen su postura inicial a la espera de llegar a un acuerdo bilateral con la Unión Europea. El Parlamento Europeo, por su parte, debe manifestar formalmente su opinión sobre el acuerdo con Rusia y Canadá antes de que éste sea ratificado. Sin embargo existe todavía la duda sobre si el éste debe ser ratificado por cada uno de los países miembros o por la Comisión en nombre de la Comunidad.

Como respuesta a estas últimas negociaciones las asociaciones animalistas consideran que es su deber impedir que se hagan más concesiones a Estados Unidos, y presionar a la Comisión para que la lista de países se publique lo antes posible. Esperan que Luxemburgo, que toma el relevo de la presidencia alemana en estas negociaciones, haga gala de su famoso sentido de la neutralidad para promover la aplicación de la ley comunitaria. Por último afirman que es fundamental la concienciación ciudadana en lo que se refiere al problema del trampeo y captura cruel de los animales, que la sociedad participe en la mejora y aplicación del reglamento.


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