MEGACUARIO EN MADRID

Alojará 10.500 animales marinos privados de libertad

Cristina Muñoz

Parques Reunidos de Madrid —el segundo operador de parques de ocio más importante de Europa y propietario del Zoo Acuario de la capital y de Faunia— y el centro comercial Xanadú, situado en la localidad madrileña de Arroyomolinos, han decidido utilizar una vez más a los animales para explotar un negocio en torno al ocio.

Las dos empresas se han unido para abrir el que será el acuario más grande de Europa en el centro comercial Xanadú y que ha costado catorce millones de euros. Las obras ya están muy avanzadas y, si un milagro no lo remedia, más de 10 500 animales marinos permanecerán encerrados en él de por vida para que las familias disfruten de una tarde de ocio desde este otoño de 2018.

Así, veinte gigantescos tanques con una superficie total de 6000 m² y 2,3 millones de litros de agua sustituirán a la inmensidad del océano y la libertad de las diversas especies de animales que vivirán en este lugar: tiburones grises y de puntas negras, crustáceos, peces, medusas, tortugas marinas, pingüinos e invertebrados como estrellas de mar y cangrejos ermitaños.

Movilización contra el acuario

Por más que Parques Reunidos venda este proyecto como conservacionista y educativo, no hay mejor sitio en el que estos animales puedan estar sino en su hábitat natural y no hay mejor educación, sobre todo para las generaciones más pequeñas, que el respeto por todas las especies y su ecosistema. La lección debería ser que las especies marinas, en este caso, no están en el mundo para ocio y diversión de los humanos, sino que están para vivir su propia vida en libertad y en conjunto con la biodiversidad.

Afortunadamente, cada vez hay más personas concienciadas con que los animales no deben ser encerrados ni utilizados por estos motivos y saben que esto es una forma de maltrato animal. Estas personas, muchos activistas individuales y colectivos animalistas como Anima Naturalis, Gladiadores por la Paz o ¿Serás su voz?, así como PACMA, se han sumado a una campaña de concienciación y recogida de firmas.

María Fernández, animalista que no pertenece a ninguna asociación, puso en marcha la campaña en junio de 2017. «Yo era clienta del centro comercial Xanadú, me gustaba ir mucho con mi familia y cuando me enteré de que iban a construir este acuario y las dimensiones de este proyecto, no me lo podía creer. Decidí que tenía que hacer algo y empecé a recoger firmas en la plataforma Change.org —que ya pasan de las 25 000— y a promover concentraciones en el centro comercial periódicamente. Empezaron a venir activistas de renombre, lo que ayudó a dar a conocer más nuestra negativa a la construcción de este acuario y que más personas se empezaran a mover». Los acuarios tienen un hecho común que siempre se procura ocultar y es la continua mortandad de los peces y que deben ser continuamente sustituidos, Ong ADDA, en su larga singladura, conoce lo que normalmente se ignora y el de Madrid se encontrará con la misma problemática  por más que se esfuerce.

En estas concentraciones, María y los demás activistas explican a los clientes del centro comercial por qué no debe abrirse este gigantesco acuario. «Los clientes responden bien, más del 80 % de las personas nos entienden y firman la petición para que no se abra. Mucha gente se sorprende. Normalmente, nadie se plantea que esto sea una forma de maltrato indirecto. No ven maltrato porque están bien cuidados y, ¡claro que no hay maltrato directo!, pero les estamos privando de su libertad, aparte de otros problemas que pueden repercutir en su salud como el cloro que hay en el agua. Queremos hacer ver a los clientes que al pagar esa entrada están contribuyendo a este maltrato. Por disfrutar de unos minutos, esos animales están encerrados de por vida».

Mientras, en otros centros comerciales se están innovando sistemas en los que no se utilizan animales, como son los túneles de viento, que simulan una caída en paracaídas, o los acuarios virtuales. La tecnología lo permite y solo hace falta echarle un poco de imaginación e innovar para encontrar nuevas formas de divertirse sin dañar, utilizar, ni privar de libertad a los animales.

Ong ADDA -Junio 2018