La Sociedad Protectora de Animales de Madrid, una de las más antiguas de España, corre peligro de desaparecer por culpa de problemas burocráticos a la hora de construir los terrenos de su nuevo albergue. El Ayuntamiento de Madrid le deniega la licencia tras haberles expropiado el antiguo albergue para construir una carretera.

La pesadilla para la Sociedad Protectora de Animales y Plantas, SPAP, de Madrid comenzó cuando le fueron expropiados los terrenos donde tenía ubicado el albergue en Vicálvaro para construir una nueva carretera, la M-40 de Madrid. A partir de entonces comenzó la odisea: buscar nuevos terrenos para reinstalar a los, por entonces, 600 perros y gatos, comenzar las obras y trasladar a los animales a la zona norte de Madrid, es decir, al extremo opuesto de la ciudad. A pesar del esfuerzo, había muchas ilusiones puestas en unas instalaciones que se idearon con el objetivo de conseguir un albergue moderno donde los animales allí recogidos mejoraran su calidad de vida. Con el tiempo y una fuerte inversión económica se consiguieron patios amplios con zonas cubiertas y cachorreras, se plantaron árboles y se habilitó una zona para oficinas. En definitiva, el ambicioso proyecto iba tomando forma y, a pesar de estar inacabado, se convirtió en el albergue más moderno de España. Se dejaba atrás la imagen de las típicas instalaciones lúgubres y precarias.

PROBLEMAS BUROCRÁTICOS

Al tiempo que las obras continuaban se iban resolviendo lentamente los problemas burocráticos y la Comunidad de Madrid emitió un informe favorable a la petición de licencia para el albergue. En dicho documento se explica que están cubiertos todos los requisitos para llevar a cabo las instalaciones del albergue, que se construyó conforme a los planos y memoria presentados en la Comunidad de Madrid y a las normas contenidas en el reglamento para la Ley de Protección Animal de la Comunidad de Madrid.

Las cosas se complicaron y se ha denegado la licencia por parte del Ayuntamiento debido a la falta de un informe favorable de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid. Este informe debería emitirlo el Patronato de la Cuenca Alta del Manzanares, que es un Organismo consultivo de la CAM; algo que no es lógico porque se trata de un mero organismo dependiente de ella. Por otro lado, el Ayuntamiento conculca el planeamiento urbanístico de la zona donde está el albergue, pues este área está destinada a garantizar la protección del Monte de El Pardo y puede albergar actividades deportivas, recreativas o culturales, así como infraestructuras de interés público y general. Precisamente, la SPAP está declarada como Fundación Cultural Privada y calificada como una infraestructura de interés público y general. Hay que añadir que la SPAP es, además, una entidad colaboradora del Ayuntamiento de Madrid.

Ante a esta situación de denegación de la licencia a su albergue, la SPAP está atravesando unos mentos de gran incertidumbre, ya que se encuentra con unas instalaciones a medio construir que le i costado un gran esfuerzo y donde se albergan nalmente alrededor de setecientos perros y gatos, paralización de este proyecto conllevaría la desaparición de la protectora de Madrid, que no podría hacer frente al endeudamiento que esta obra le ha supuesto.

El derrumbe de este proyecto supondría una tragedia a cientos de animales que perderían su hogar y la oportunidad de ser adoptados, así como la desaparición de unas instalaciones que sirven de refugio a cientos de perros y gatos que ingresan cada año en este albergue. Tampoco hay que olvidar las campañas de esterilización que la SPAP lleva a cabo en colaboración con la CAM para evitar abandonos. En definitiva, una importante labor social que esperemos prime frente a los problemas burocráticos y de forma. Sería una grave injusticia que una institución tan prestigiosa y con tantos años de experiencia a sus espaldas desapareciera porque no existiese buena fe y espíritu de consenso por parte de la administración. Por el bien de miles de animales esperemos que prevalezca la razón y la justicia.

Ong ADDA  -Junio 2003