Los huevos, etiquetados - redacción

ADDAREVISTA 30

Desde el 1 de enero de 2004 el reglamento de la Comisión Europea de 23 de Diciembre de 2003, (CE) 2295/2003, obliga a marcar todos los huevos destinados al consumo humano directo que se vendan envasados o a granel, catalogados dentro de la Categoría A, con un código que identifique el sistema de cría de las gallinas, el país de origen -ES para España- y el número distintivo del productor.

¿Cómo identificar los huevos?

En cuánto al bienestar de las gallinas ponedoras, es importante fijarse en el primer dígito, que indicará lo siguiente:

  • Si es un 0, los huevos provendrán de producción biológica. Este tipo de producción es el óptimo desde el punto de vista del bienestar animal ya que, entre otras obligaciones, se respetan las necesidades tanto físicas como etológicas de las aves, las densidades que se imponen permiten su comodidad, la alimentación debe ser biológica (libre de aditivos químicos, fertilizantes, etc.) y se prohibe el uso de antibióticos, aceleradores del crecimiento, etc. teniendo que tratar cualquier enfermedad que se produzca con medicinas alternativas como la homeopatía.
  • Si es un 1, provendrán de producción campera, donde las gallinas tienen acceso durante todo el día a corrales al aire libre y la densidad puede ser de 4 gallinas por m2. Los piensos ya no serán biológicos. Son los más comunes que ya se encuentran en el mercado.
  • Si es un 2, serán de gallinas criadas en el suelo en naves cubiertas. Aunque no estén encerradas en jaulas, pueden llegar a vivir en una densidad de 12 gallinas por m2. Debido al alto nivel de estrés creado por el hacinamiento y la falta de estímulos ambientales, para evitar que se picoteen entre ellas -llegando al canibalismo-, se les corta parte del pico.
  • Si es un 3, provendrán de gallinas en jaulas de batería. Cada gallina dispone de un espacio, por ejemplo, menor al tamaño de un folio DINA4 ( 279 x 21 m/m) y viven estabuladas permanentemente en cientos de jaulas alineadas en pisos y filas, dentro de naves industriales mal iluminadas y malolientes. Estas gallinas sufren, entre otras patologías, malformaciones y úlceras en las patas debido al suelo de reja metálica y no disponen de ningún tipo de enriquecimiento ambiental.

La elección en manos del consumidor

Por fin, el consumidor responsable -el que quiere estar enterado de la procedencia de los huevos que adquiere- tiene ahora un referente claro para poder hacer su elección que no puede ser otra que los clasificados dentro de la categoría O (extensivos y control biológico del pienso que consume), y 1 (camperos con piensos no biológicos). No se deben adquirir los del tipo 2 (en suelo, encerradas, y con una alta densidad) y abstenerse absolutamente de comprar los clasificados en la categoría 3 (criados en super intensivo, con las gallinas amontonadas en oscuros almacenes y convertidas en unas máquinas de producción continua hasta su muerte)

El consumidor tiene la palabra. Pocas veces se le presenta este poder decisorio al hacer su compra. Hay que aprovecharlo y ponerlo en práctica. No hay que comprar huevos procedentes de la avicultura intensiva. Es la única forma para terminar una tortura a la que se ven sometidas millones y millones de gallinas en todo el mundo. La batalla se está ganando también en España, pues de ser difícil, antes, encontrar huevos biológicos o ecológicos, ahora ya existen cada día más y numerosos avicultores que suministran esta clase de huevos y se encuentren sin problemas. Cabe señalar a favor de la avicultura extensiva que no es que ahora se consuman mayor cantidad de huevos. Se consumen los mismos; pero dentro del cómputo global de producción, el porcentaje obtenido en extensivo merma el cruel sistema intensivo. Las cosas están bien claras. No se intenta arruinar a nadie, sino hacer ver la necesidad de un cambio.

Pero cuidado, a menudo, los productores de huevos utilizan imágenes en los embalajes de gallinas sanas, libres y felices en bonitos prados confundiendo al consumidor ofreciendo una imagen engañosa de su realidad. Cuando ADDA se ha dirigido a alguno de ellos jamás se ha podido contrastar con la realidad. Por tanto, repetimos el consumidor responsable tiene que poner atención en el etiquetaje. Si se observan marcas en los huevos que no incluyen el código, o tienen códigos confusos o no todos los huevos están marcados, hay que pasar la información tan detallada como sea posible a ADDA, para facilitar el trabajo pues se harán las gestiones oportunas y denuncias si fuese necesario. Todo ello en una voluntad de hacer cumplir las normativas europeas que tantos esfuerzos han costado para que apareciesen.


Relación de contenidos por tema: Animales de granja


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