Barcelona definitivamente antitaurina - Redacción

ADDAREVISTA 34

En el año 2004 el ayuntamiento de Barcelona, tras una democrática votación de su Plenario, se declaró ciudad antitaurina, lo que causó sensación, asombro y perplejidad en el resto de España, satisfacción en la mayoría de españoles que siempre han sido contrarios a este cruel espectáculo, y preocupación en el mundo del toro que vive de él.

Por vez primera sucedía algo que nunca se pensó fuera a suceder. Tossa de Mar, una bella localidad de la Costa Brava catalana, fue la primera población en el año 1991 que se declaró villa antitaurina de la mano de su alcalde Telm Zaragoza, (ya fallecido). Pero al no tener plaza de toros, la noticia no resultó inquietante para los mantenedores de las corridas. Ahora ya son 43 las poblaciones catalanas cuyos ayuntamientos se han declarado antitaurinos y amigos de los animales. Y Barcelona, capital de Cataluña con un peso especifico en la geografía española, y que además había tenido tres cosos, resultaba un plato duro de digerir.

ADDA, la primera entidad animalista que existió en España, con treinta y dos años de experiencia profesional a sus espaldas, siempre ha tenido muy claro que la lacra de las corridas de toros, un triste espectáculo –además de cruel, aburrido y repetitivo-, impide y lastra el avance en cualquier otro tema que pretenda mejorar las condiciones y el trato unitario del resto de animales que sufran la opresión humana. Por esta razón, para ADDA la erradicación de las corridas de toros ha sido, es y será una constante que debe continuar mientras éstas sigan existiendo. ADDA inició sola esta campaña y en la actualidad, afortunadamente, ya no lo está. Cada vez son más los grupos mejor organizados que persiguen el mismo fin.

ADDA hace abstracción de aficionados, ganaderos, criadores, empresarios y matatoros y se centra única y exclusivamente en un animal inocente que es vejado, sometido, torturado y matado como espectáculo y diversión. Dolores Marsans, una de las pioneras en España en la defensa de los animales decía: “nada hay más repugnante que torturar por diversión”. A la vista de que, por primera vez, se avecinaban malos tiempos para las corridas y en la capital catalana una inmensa mayoría de su población rechazaba esta crueldad, se decidió la formación de una Plataforma -formada por ignorados componentes- que liderada por el profesional a sueldo Luís Corrales, tenia que desarrollar toda su actividad a fin de contrarrestar el movimiento antitaurino y garantizar la continuidad de las corridas de toros.

La primera ley aparecida en España en el año 1988 prohibía las plazas portátiles y la edificación de nuevos cosos. Entonces eran siete los existentes, pero diecinueve años después sólo quedan tres activos, entre ellos la Monumental de Barcelona, la única que tiene una temporada taurina de abril a septiembre. La empresa Balañá, propietaria de la plaza, pierde dinero año tras año, algo que ha venido denunciando ADDA desde hace tiempo. Existe un importante proyecto de remodelación de la Plaza de las Glorias, donde se asienta el mercadillo de “Els Encants”, especie de Rastro madrileño o marche des pucess, parisino, cercano a la Monumental. Y entre Jordi Portabella (ERC) en el ayuntamiento, y la empresa propietaria, se negociaba de forma confidencial el cambio de utilización para la nueva ubicación de “Els Encants”. Negociaciones que fueron filtradas intencionadamente, pues como la temporada 2007 podía ser la última, se creaba así el reactivo en los medios, previamente preparados para impedir este nuevo enfoque que dejaba prácticamente a Cataluña sin corridas; y es que actualmente sólo quedan dos plazas, la de Olot que no ofrece corridas, y la de Tarragona, en proceso de remodelación para la celebración de otro tipo de espectáculos, pues su ayuntamiento -propietario de la plaza-, no encuentra empresario que la regente.

Al finalizar la legislación anterior, las propuestas de supresión presentadas por ERC e ICVerds (en una bien pre-orquestada sesión del Parlament), cuando se estaba a punto de poner fin a las corridas en Cataluña, no se aprobaron, conscientes de que en la nueva legislatura habría que reiniciar de nuevo –si se hacía- todo el largo proceso. ¿Por qué esta tibieza de los diputados catalanes si saben todos y todas que la inmensa mayoría de la población está esperando esta decisión? ¿Es que la afición o el interés de una minoría tienen que prevalecer y desvirtuar una resolución democrática?

Todo el revuelo de la publicidad de los contactos Portabella/Balañá, y el hacerse público que la empresa perdía 24.000 € en cada corrida llevó a un nuevo giro. Una nueva empresa, Matilla de Salamanca, correría con la gestión de la temporada 2007 en la Monumental. De entrada, si antes había corridas cada domingo de la temporada, este año quedaban reducidas casi a la mitad. Algo que no había ocurrido nunca. Y hubo una muy bien organizada campaña de promoción: desde regalar entradas, hacer un “dos por uno”, forzar la venta de entradas en un día y lugar determinados para poder mostrar la foto publitaria donde los aficionados se agolpaban para adquirirlas, hasta orquestar una amplia promoción en los ambientes más taurófilos del resto de España y del sur de Francia, anunciando como señuelo la vuelta a los ruedos de un matatoros, desconocido para la mayoría, pero que los articulistas de favor, presentaban casi como una Deidad. Todo ello en un esfuerzo póstumo por llenar la Monumental el pasado 17 de junio de 2007.

Se adelantaron a barbecho nombres de asistentes (desde la Casa Real a la Presidencia de la Generalitat) que no fueron, pasando por otras personas que luego rechazaron la utilización de su nombre.

Pero sí que se logró su objetivo: las 18.000 o 19.000 plazas de la Monumental después de muchísimos años lograron llenarse. Y claro, la salida a hombros del matatoros, precisamente, los de Luís Corrales, era obligada. ¿Verdaderos aficionados catalanes?, poquísimos. Los de siempre. ¿Resultado económico? Se guardará a buen recaudo. Quien sí hizo una “buena entrada” fueron las compañías aéreas (puente aéreo Madrid/Barcelona incluido), que transportaron a miles de personas para una estancia fugaz, que no llegó ni a visita (que representa querer conocer algo más de una ciudad) pues Barcelona se ha convertido en uno de los destinos más populares del mundo, con millones de visitantes cada año. Llegaron, vieron al matatoros y marcharon. ¿Qué ha quedado de tanta proclama de Barcelona taurina, de revitalización de la afición? Nada. Absolutamente nada. El domingo siguiente, o sea el 24 de junio de 2007, la plaza volvía a estar como siempre: vacía. Sólo había unos pocos aficionados habituales -que ya deben sentirse entre familia- y algunos turistas de Lloret de Mar o Playa de Aro (Costa Brava), dado el pleno de la temporada turística para ellos, aunque la mayoría no aguantan más allá del segundo toro y salen horrorizados.

Fue tanta la presión mediática en la presentación del 17 de junio de 2007, que queriendo promocionar la “fiesta” se logró lo contrario. Al empezar la corrida, una manifestación entre 4.000 y 5.000 personas, cuyo número no ha podido ser desmentido, recorrió Barcelona hasta llegar a la Monumental, y mostró el rechazo público de una ciudadanía barcelonesa que pide su supresión. Jamás en España se había producido una manifestación semejante: por primera vez ya no se trataba de los activistas de siempre. Ahora estaban arropados por quienes conjuntamente pedían lo mismo. Si dentro de la plaza quienes la llenaban eran ajenos a la ciudad, quienes la representan, la viven, la quieren y la defienden estaban a sus puertas.

 

Ong ADDA   -Julio 2007


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