Los toros en Cataluña; una larga trayectoria.

ADDAREVISTA 40

El viernes 18 de diciembre de 2009, a las 9:00 horas de la mañana, el Parlament de Catalunya sometió a votación la continuidad de la tramitación de una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para la supresión de las corridas de toros presentada por una plataforma de gente animalista agrupada bajo el nombre Plataforma PROU! (¡Basta!). Tal hecho se produjo después de que se hubiesen presentado 182.000 firmas –50.000 eran suficientes– y, por tanto, tras haber sido admitida a trámite parlamentario. La expectación suscitada por este acontecimiento fue impresionante, ya que por vez primera en la historia se superó el número de medios acreditados para seguir el debate; dicha cifra, se dijo, osciló entre 120 y más de 200. El ambiente ya estaba caldeado en los medios durante los días previos a la votación, debido, en parte, a las 677.000 firmas entregadas por la ONG ADDA y la WSPA (Sociedad Mundial de Protección de los Animales), según se detalla aparte.

A partir de este momento, las aguas empezaron a tornarse tempestuosas en la larga singladura del movimiento animalista. Este es el principio de una crónica que, a partir de ahora, tan solo podrá narrarse a partir de los siguientes acontecimientos que se vayan produciendo, al contrario de lo que sucedió en el mes de diciembre –coincidencia– de hace tres años, en un ambiente mucho más propicio –con un oscuro acuerdo entre partidos y una elaborada ingeniería parlamentaria–, momento en el que una proposición similar fue desestimada. Justo al finalizar aquella legislatura, todos los esfuerzos realizados se convirtieron en inútiles, ya que, al repetirse el tripartito (PSC, ERC y IC-Verds), y con José Montilla –aficionado a los toros– como presidente de la Generalitat, no se volvió a presentar algo que ya antes ERC y IC-Verds habían decidido a llevar a cabo (véase n.º 37, o visite www.addaong.org).

Todo lo expresado en esta publicación tiene un contenido partidista. Esto es evidente, pues su cometido es propiciar el bienestar de los animales y lograr, en este caso concreto, la supresión de las corridas de toros; no solo en Cataluña, sino en el mundo entero. Pero, aun así, es casi seguro que el lector tendrá la ocasión de adquirir una información serena, sin exageraciones y veraz, que es nuestro objetivo. Asimismo, y desde esta posición, pretendemos que pueda hacerse cargo del sentir animalista y saber lo que se oculta, no se dice o se tergiversa, por parte del entramado taurófilo continuista de este desfasado espectáculo aún existente en algunos países, lo que les impide alcanzar el reconocimiento internacional entre los más avanzados.

UN POCO DE HISTORIA

La ONG ADDA tiene mucho que ver en todo el proceso antitaurino, no sólo en España, sino también en Francia. ADDA fue la primera asociación bienestarista surgida en España; concretamente, en el año 1976. En esta época, aparte de refugios, albergues y protectoras, nada más se sabía de la defensa de los animales, a excepción de la inquietud mostrada por una protectora de Barcelona, la Liga para la Protección de los Animales y Plantas (popularmente conocida en la ciudad como La Lliga), que fue la primera institución de protección animal fundada en España. presidida por el Conde de Reus, y más tarde por Dolores Marsans (cuya familia fue propietaria de Viajes Marsans), quienes se preocuparon por denunciar y mejorar las condiciones de los mataderos, y presentaron una pistola para aturdimiento previo al sacrificio de caballos y bovinos. Algo más tarde surgiría la de Madrid.

Desde su fundación, ADDA tenía muy claro que uno de sus principales objetivos era erradicar las corridas de toros. Tal empeño fue entonces imposible, pues la mal llamada «Fiesta Nacional», todavía firmemente impuesta y alimentada por aquella extinta dictadura –pan y toros–, no solo era imposible de suprimir, sino que incluso resultaba temerario iniciar cualquier campaña en su contra. No obstante, aún se conservan en la asociación unos primeros carteles con los que, tímidamente, se comenzó a salir a las calles. En un país donde los toros están enraizados desde siglos, anclados en la sociedad civil, protegidos por la nobleza recordando el absolutismo de Fernando VII, esta influencia resulta nefasta para la presentación de un nuevo pensamiento y filosofía –el animalismo– que exige respeto para los animales –entre otros, los toros–, seres no humanos, pero sensibles y capaces de sufrir física y psíquicamente. Este hecho, la existencia de las corridas de toros, ha frenado –y continúa haciéndolo– cualquier avance dirigido a conseguir el respeto que se les desea.

Pensar que en el año 1976, con una prepotencia dominante de la tauromaquia sin oposición alguna, y que 33 años más tarde se llegaría, en un cambio radical, a que sus partidarios tuviesen que estar a la defensiva, como ahora, es un hecho que ni los más optimistas defensores de los animales hubiesen podido imaginar. La frase de Gandhi, cada vez más descriptiva, que relaciona el avance de un pueblo con la forma de tratar a sus animales, indica con claridad el desarrollo generalista alcanzado por la población española.

LA INICIATIVA LEGISLATIVA POPULAR, ILP

La Iniciativa Legislativa Popular (ILP) presentada en Cataluña, porque su legislación se lo permite, fue llevada a cabo brillantemente por la Plataforma Prou. Se cumplieron los plazos, se encontraron los fiduciarios que se encargaron de la recogida de firmas, se presentaron más de las necesarias (186.000), y se siguieron escrupulosamente todos los requisitos legales establecidos. Llegados a este punto, ya se está descubriendo que el trámite parlamentario, poco conocido por la ciudadanía, esconde escollos complejos, como el que se superó el 18 de diciembre de 2009. 

Interesa informar al lector de la composición del actual Parlamento de Cataluña. El partido de Convergencia i Unió, CIU (el más votado y que no gobierna), tiene 48 escaños; le sigue el Partido Socialista Catalán, PSC (actualmente, en el gobierno en coalición), con 37 escaños; a continuación, Esquerra Republicana de Catalunya, ERC, con 21 escaños (gobierna en coalición); el Partido Popular de Catalunya, PPC, con 14 escaños (en la oposición); el Partido Iniciativa de Catalunya-Verds, IC-Verds (gobierna en coalición), con 12 escaños, y cierra la lista el Partido Ciudadanos, con 3 escaños (en la oposición).

Una vez admitida a trámite la ILP, los partidos PSC (37 votos), PPC (14 votos) y Ciudadanos (3 votos) presentaron una enmienda a la totalidad, hecho por el cual ha sido necesaria una votación en Plenario para dilucidar la pretensión de estos tres partidos políticamente desunidos –pues ni el PSC, ni el PPC, ni Ciudadanos tienen nada en común; al contrario, se unen por vez primera para defender la continuidad de las corridas de toros–. Se asemeja a lo que ocurre cuando en la Unión Europea se unen gobierno (PSOE) y oposición (PP) para defender las corridas de toros, mientras que en España están continuamente a la greña. De no haber existido esta primeriza oposición a la ILP, se hubiese aligerado muchísimo su paso por el Parlamento, y como todo lo que se refiere a los toros está a flor de piel en los españoles, el simple anuncio de esta primera votación, que imposibilitaría cualquier posibilidad de continuar, desató de inmediato una avalancha de comentarios y noticias a favor y en contra, y aún más en el resto del Estado que en la propia Cataluña.

LO NO DICHO HASTA AHORA

El lector habitual de este medio seguro que estará al corriente de las posturas respecto a los toros que defienden los partidos presentes en el Parlamento. Después del fracaso del final de la anterior legislatura, hace 3 años, ONG ADDA, en su labor acostumbrada de lobby, mantuvo una reunión con el Presidente de Convergencia i Unió, Artur Mas (le acompañaba Josep Rull, portavoz del partido en estos cometidos), en donde se logró que Mas se decidiese a dar libertad de voto si se llevaba nuevamente a votación. Esto fue algo realmente inesperado y que causó sensación entre los diputados del mismo partido, pues nunca antes se había permitido. Este hecho, sorprendente y pionero, se guardó en absoluto silencio durante meses, pero ahora ya se puede hacer público, pues CIU también lo proclamó más tarde, y lo ha cumplido. En este encuentro también se sugirió a la ONG ADDA que optase por una ILP, que no se aceptó pues consideraba que no se podía solicitar a los animalistas un mayor esfuerzo para algo tan simple para cualquier partido con representación, como era presentar un escrito en el registro general del Parlamento.

El lobby continuó, y Patricia Gumà, de ERC, sugirió que fuese CIU quien presentase nuevamente el «tema toros» para ser debatido. No se reveló –aunque se intuía– el acuerdo sotto voce del nuevo gobierno tripartito con IC-Verds y PSC, dado que el presidente Montilla es aficionado a los toros (hasta el momento, no lo ha desmentido), aunque ha evitado su presencia en La Monumental desde que asumió la presidencia de la Generalitat. Era conocida como invariable la posición del PPC a favor de los toros, y también la del PSC. Frente a la sede social de Barcelona de este último, los animalistas se manifestaron repetidamente con caceroladas, por lo que su secretario Miguel Iceta invitó a una Comisión –ONG ADDA no asistió– en un intento de calmar los ánimos con promesas que, como después se pudo comprobar, nunca se cumplieron.

SE ACLARA LA CONTINUIDAD DE LA ILP

Con un lleno absoluto en el hemiciclo del Parlament –y presidido por el M. H. Sr. Ernest Benach (ERC)–, el 18 de diciembre de 2009 se inició el debate sobre el rechazo, o no, de las enmiendas a la totalidad presentadas por PSC, PPC y Ciudadanos. Muy diferente fue lo que ocurrió con la ILP presentada por los ecologistas meses antes bajo el lema «Somos lo que sembramos» en contra de los transgénicos –los campos de cultivo catalanes están plagados de estos cultivos–, cuando no se les dio ni la oportunidad de hacer valer su argumentación. La representante de la Plataforma Prou, Ana Mulà , abogada perteneciente a la «Comisión de Defensa de los Animales» del Colegio de Abogados de Barcelona –la única existente en España–, relató en sus 15 minutos asignados el porqué y los motivos de la ILP. La siguieron, por orden de escaños, los tres partidos que presentaban las enmiendas a la totalidad: David Pérez, por el PSC, quien, según sus propias palabras, «ha descubierto la realidad de los toros» y que ha conseguido, con su tenaz defensa, llegar a ser conocido como un destacado miembro de su partido. Cabe señalar que, a pesar de su oposición a la ILP, el PSC aseguró que los diputados de su grupo tendrían libertad de voto, algo que visto el resultado se pudo comprobar después que no era cierto. Le siguió Rafael Luna del PPC, quien, lógicamente, se opuso a la ILP y anunció el voto cerrado de su grupo a favor de la enmienda presentada por Francesc Pané de IC-Verds hizo un ajustado y reflexivo alegato en contra de las enmiendas a la totalidad, y la tanda de intervenciones terminó con Albert Ribera, de Ciudadanos, que faltando a su palabra dada a la ONG ADDA durante una comparecencia que tuvo lugar en el mismo Parlament (véase revista n.º 37), afirmó que daría libertad de voto, algo que ni manifestó en el Plenario ni realmente se produjo.

LAS COMPARECENCIAS EN EL "PARLAMENT"

En España todo lo que se refiera a las corridas de toros tiene una respuesta mediática inmediata. Más aún si proviene de Cataluña, donde los ánimos se han encendido con la presentación de la ILP; algo mediáticamente refrescante como salida fácil para distraer de los graves asuntos de Estado que, en medio de una crisis económica galopante, deben afrontarse día a día. El tema de la continuidad de las corridas de toros es importante, eso es innegable, pero su importancia radica en la lógica, en la ética y en la búsqueda de un país culturalmente más avanzado y acorde con otras naciones europeas. Las comparecencias que durante los días 3 y 4 de marzo de 2010 se produjeron en el Parlament, siguiendo el trámite de la ILP, consiguieron congregar a diversos medios de comunicación que, desde dentro y fuera de la sala, siguieron todo lo que allí se debatía. Treinta comparecencias, 15 por cada parte, para la erradicación o continuidad de los toros. Veintiséis de ellas se despacharon en dos días, quedando 4 para el día 17 de marzo: 3 a favor de los toros y 1 en su contra. 

Como suele ocurrir, las tendencias de los medios a favor o en contra, la información cuando llega a los sectores o las gentes que, alejadas del hemiciclo catalán, no conocen la realidad de lo dicho ni se preocupan por contrastarlo –cierta gente tampoco tiene porqué hacerlo– pues su medio habitual ya se lo sirve aderezado y a su gusto, provoca un seguido de comentarios, un boca a boca, en el que cada cual, además, añade su sentir personal. De ese modo, la bola de nieve crece hasta alcanzar las dimensiones de una peligrosa avalancha que no tiene nada que ver con lo inicialmente expuesto. Un hecho sorprendente ocurrió en el sur de Francia –el único lugar en donde, si demuestran su tradicionalidad, están autorizadas, pues en el resto sería un delito-, cuando un colectivo de electos franceses enviaron un escrito defendiendo las corridas a todos los diputados y diputadas catalanes, cuyo contenido zozobró clamorosamente cuando la Federación FLAC francesa, analizó su contenido y escribió, a su vez, al Parlament informándoles de que entre los firmantes habían ¡3 muertos!, 6 que ya no eran alcaldes, 7 políticos aparecían 2 y 3 veces, y 19 diputados ya no lo son en la actualidad. Para redondear el descaro que esto significa al Parlament, incluían a la alcaldesa de Fenouillet, quien… ¡había suprimido las corridas!

Si se quiere ser estricto, hay que conocer y saber para luego poder opinar, y en este momento, esto está al alcance de cualquier usuario de Internet simplemente entrando en la web del Parlament (www.parlament.cat). Normalmente, en las sesiones del mismo se utiliza el catalán, pero en aquella ocasión se produjeron numerosas comparecencias en castellano. Es más, se pudo ver utilizar esta lengua, en su turno de preguntas, a diputados que normalmente se expresan en catalán. Pero, como esto precisa de tiempo e interés añadido, cada cual y cada parte se lanza a decir y a opinar lo que le viene en gana, con lo que el guirigay colectivo llega a ser total.

Las comparecencias habidas de especialistas, con seriedad, argumentos y profundidad, se decantaron claramente a favor de la supresión de las corridas. Tenía que ser así, pues en una sociedad que quiere ser avanzada –y Cataluña dentro de España así lo desea–, el hecho de defender a un animal herbívoro, de por sí pacifico, de una tortura ejercida puramente por diversión, aporta una mayor riqueza de argumentos éticos y humanistas. Una de las intervenciones animalistas que más se ha utilizado para tergiversar, sesgar y escandalizar, fue la que pronunció el filósofo y catedrático de ética Jesús Mosterín (visite la web del Parlament, está en castellano; ONG ADDA también tiene el texto grabado). Palabras sacadas de contexto se utilizan para, primero, calentar los ánimos, y después, intentar reflejar los resultados en encuestas poco creíbles, con lo que la desinformación y el cúmulo de absurdos llega a su plenitud. Esto es algo que ayuda, innegablemente, al sector taurófilo.

El 17 de marzo, en una jornada rezagada, terminaban las comparecencias con mayor presencia pro taurina, aunque la intervención de la méxico/italiana representante del partido Verde Europeo, Mónica Frassoni, habló claro, y… claro, escandalizó al sector taurófilo. Se ha observado, salvo honrosas excepciones, que los medios de comunicación se han mostrado más proclives a resaltar frases, o expresiones, muchas veces sacadas de contexto, que favorecían a la continuidad de las corridas, mostrando con ello que estaban más cercanas a sus líneas editoriales que al sentir mayoritario de la ciudadanía desde la que emana, precisamente, la motivación de la iniciativa (ILP); algo que de no haber existido, jamás se hubiera planteado.

Cabe preguntarse si estas comparecencias institucionales dentro del trámite parlamentario valen para algo. En realidad, sirven para bien poco, pues cada partido ya tiene marcadas sus estrategias y no van a variar el sentido de sus votos. No obstante, a modo de Juegos Florales, sí que han sido un medio de enriquecimiento de conocimientos para quienes lo hayan sabido aprovechar, y también han provocado un sentimiento de rechazo o desacuerdo de algunos con lo dicho. Ha sido válido, eso sí, para ambas posturas.

LOS CORREBOUS

Se llaman así los festejos populares con toros (bous) mayoritariamente arraigados en el sur de Cataluña, la zona del Bajo Ebro colindante con la Comunidad Valenciana. «Correbou» significa «correr el toro»; es una especie de encierro. Esta palabra reúne dos variantes crueles para el animal que, a pesar de no matarle, lo someten a un estrés atroz; se trata del toro enmaromado (bou ensogat o enmaromat) y el toro embolado o toro de fuego (bou embolat). La primera consiste en atar dos cuerdas a la testuz del animal y, con una a cada lado, forzar y tirar de él para pasearlo por las calles de la localidad (eso si no hay maltrato añadido, en contra de lo establecido). En la segunda, que también se practica mucho en el Bajo Aragón, geográficamente cercano, se fija en la cabeza del toro un arnés metálico con dos prolongaciones a modo de cuernos, con sendas bolas con brea en sus extremos a las que se les prende fuego. Al animal se le deja correr despavorido por las calles en plena noche, pues así «queda más vistoso». El toro agita su cuello desesperadamente en un intento de librarse del artilugio, y se ha dado el caso de que alguno ha muerto, fulminado por un síncope. Ambas crueldades han sido relatadas repetidamente por esta publicación durante toda su existencia.

Si las corridas de toros son una crueldad, las variantes de los correbous también lo son. La ILP solo pide la supresión de las corridas. Los partidos catalanes favorables a la continuidad de las corridas –PSC, PP y Ciudadans– hubiesen querido que la Plataforma Prou (Plataforma Basta) solicitase la supresión de ambas crueldades para así asegurarse el rechazo del sector del Bajo Ebro catalán, que políticamente siempre se ha mostrado muy activo. Otros partidos, como el mayoritario en la oposición, CIU y ERC, siempre han tenido miedo a mostrarse contrarios a la supresión de los correbous simplemente por miedo a perder votos en esta parte de Catalunya. Algo difícil de entender, pues Cataluña no es sólo el Bajo Ebro, sino también ciudades importantísimas como Barcelona, Lleida o Girona, que en su mayoría rechazan este tipo de festejos. Es decir, lo que pueden ganar por una parte pueden perderlo por la otra. Tan incongruente resulta, que recientemente ha entrado en el Parlamento una propuesta de ley de CIU que pretende «blindar» los correbous; en su primer trámite parlamentario ya ha obtenido el acuerdo unánime de todos los grupos parlamentarios, excepto IC-Verds, que votó en contra y que es el único partido que, desde un principio y hasta el momento, se ha mostrado coherente con su posición animalista. 

La postura de la ONG ADDA, de la que esta publicación puede considerarse portavoz, es, y siempre ha sido, muy clara. La ley 22/2003 de protección de los animales catalana condena el maltrato y la tortura de los animales, pero hace una excepción al tolerar las corridas de toros. No la hace con los correbous, aunque reconoce y limita su existencia. No hay más que hablar, ni mezclarlo con las corridas de toros, que ahora están en trámite de erradicación. Una cosa es «dejar correr» al toro por las calles sin maltratarlo y otra, muy distinta, son el toro enmaromado y el de fuego. ¿Significa ello que la ONG ADDA continuará trabajando, siempre dentro de la legalidad como tiene por costumbre, para erradicar el toro enmaromado y el de fuego no solo en Cataluña, sino también en el resto de España? La respuesta a esta pregunta es afirmativa. En efecto, dentro de su mandato estatutario, continuará haciéndolo tal y como también lo hace contra el uso de pieles lujosas, la experimentación animal, la caza como deporte –no como medio de subsistencia–, el resto de las fiestas populares crueles con los animales y cualquier otra circunstancia que considere de su incumbencia. No porque se erradiquen las corridas de toros en Cataluña debe olvidarse el maltrato que sufren otros animales como forma de diversión, se realice donde y como sea.

REPERCUSIONES DEL DESCONOCIMIENTO

Se expresaba anteriormente la tergiversación que se ha propalado y extendido a través de cada tendencia de los medios de comunicación. Muy pronto, Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, CAM, se apresuró a querer «blindar» las corridas de toros declarándolas como «Bien de Interés Cultural, BIC», aunque hasta entonces los bienes inmateriales no entraban en esa clasificación. Este hecho, sorprendente en un país que desea ser avanzado, acrecentará económicamente el negocio privado más subvencionado de cuantos hayan existido. La CAM –dinero público– ya fue una de las patrocinadoras de la jornada expositiva «La Mesa del Toro», presentada en el Parlamento Europeo en el año 2008. Si, además, se llegaran a dar clases de tauromaquia en las escuelas y los menores tuvieran acceso a las plazas de toros, esta decisión podría llevar a un enfrentamiento social de dimensiones y consecuencias difíciles de prever. Los ciudadanos y ciudadanas que rechazan la crueldad de las corridas son mayoría en Madrid y en muchas otras ciudades –como debe ser– y el tema de la educación está más que sensibilizado. Preocupa la reacción que una medida de este calado ético y social puede tener en el conjunto de la población, ya que en que las sucesivas encuestas periódicas del Instituto Gallup, a nivel estatal, se demuestra la existencia de una creciente mayoría de españoles (un 72,1% no están interesados) –no sólo en Cataluña- se muestra contraria a las corridas de toros, y muy especialmente localizada en las grandes urbes. Si uno de los argumentos recurrentes de los defensores de la tauromaquia siempre ha sido permitir que a los toros acuda quien quiera que compre la entrada, y que las corridas se acabarán cuando el público deje de acudir, ahora se externaliza la tauromaquia para proyectarla hacia la sociedad en un «trágala» y que el ciudadano tenga que pechar, pagarlo con sus impuestos y soportar una reliquia retrógrada imposible de sustentar en cualquier país avanzado en pleno siglo XXI. En este «aquelarre» de manifestaciones pro-taurinas, la Comunidad Valenciana y la de Murcia, ambas gobernadas por el PP, ya se han sumado a la propuesta de Aguirre para seguir por el mismo camino. En este sentido, el espectáculo añadido que está dando España en su semestre de Presidencia Europea frente al resto de los países de la UE no puede ser más lamentable. No obstante, España –como país miembro– también tiene sus tribunales internacionales a los que, caso de prosperar este dislate, forzosamente tendrá que acudirse en defensa de la protección a la infancia, del derecho de los padres y de los valores básicos de cualquier sociedad moderna.

¿SE CAMINA HACIA EL DESENLACE FINAL?

Se ha intentado hacer un resumen cronológico de los últimos hechos respecto a esta ya más que dilatada situación que ha colocado a Cataluña como avanzadilla de algo que de forma lógica, consecutiva y coherente, tendrá que ir produciéndose en otras comunidades españolas. La votación final del Parlament se suponía para antes de este verano de 2010. Como era de suponer, al cierre de esta edición –junio de 2010) no existe aún fecha señalada para el debate. Las nuevas medidas restrictivas que están imponiendo los mercados y la U.E. a España y la cada vez más cercana presencia de distintas consultas electorales: municipales, autonómicas y estatales, resultan razones tan sabrosas de esgrimir frente a un tema que incomoda cada vez mas y especialmente al PSC, que se verá si no se llega al final de la legislatura y se deja su resolución para la próxima; aunque esta vez, al contrario de lo que pasó al final de la anterior, la ILP tiene que continuar hasta llegar al final de toda su trayectoria. Pero ante el actual panorama político económico, todo resulta posible. 

Después de las comparecencias, todo han sido filtrajes sobre la situación y su posible resultado. Se comentó que el Partido Socialista Catalán, PSC, con un David Pérez cada vez más debilitado por un creciente movimiento aflorado desde su propio partido que es partidario de la abolición y contrario al voto forzoso que se ha proclamado, ha transmitido la pretensión de solicitar ¡15 años! de plazo para implementar la prohibición. Algo que sentó fatal tanto a la opinión pública como al resto de los partidos. Por su parte, Convergencia i Unió, CIU, aboga, ahora, por un plazo de uno a dos años. Algo más razonable y aceptable para los promotores de la Plataforma Prou. No obstante, el tema se está moviendo más entre comentarios y noticias sonda, que, como tendría que ser, con un calendario serio para general conocimiento.

 Desde esta publicación se seguirá con todo detalle este proceso legislativo, que de resultar favorable, como se espera, constituiría un hecho trascendental en la historia del animalismo español.

 

Ong ADDA    -Junio 2010


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