Antitaurinos y bellas artes - Manuel Muñoz Peces-Barba, presidente de la SPAP de Madrid

ADDAREVISTA 41

Los medios de comunicación informaron de que el Ministerio de Cultura ha otorgado las medallas de Las Bellas Artes a tres matadores de toros. Con gran asombro de gran parte de la población, este Ministerio, con la concesión de estas medallas, viene a modificar el concepto que todos teníamos de la cultura y de las Bellas Artes.

Ahora incluye en este concepto a la actividad de unos matadores que, de una manera cruenta y en un espectáculo (en el que la sangre y el sufrimiento del para ello redonda; hasta que al fin, agotado el toro de dolor, le clava una espada que le causa, a veces, a muerte, por lo que luego se le apuntilla con una daga o cuchillo. Este espectáculo, tan repugnante como los espectáculos circenses romanos, es ahora un arte. Y el artista es el matador.

No ha dejado de causar estupefacción la concesión de estas medallas a cuantos estamos identificados con el antiguo adagio: "La muerte y la tortura no son cultura". Pero en este país, en el que los grupos económicos animal son protagonistas con el matador), causan la muerte a unos animales herbívoros, de naturaleza pacífica, que no llevan el combate en sus genes, y que siempre se han ganado otra medalla: la de ser nobles. Animal al que quieren hacer combatir engañándole y, para hacerle reaccionar, clavándole unos arpones a los que con eufemismo llaman banderillas; y, para intentar demostrar una superioridad de la que carecen, continúa su "artística" demostración después de que un jinete, exponiendo a su caballo a que sus intestinos queden desparramados en el suelo, le clava una lanza que le rompe los músculos del cuello, produciéndole heridas que le hacen botar sangre por la boca; e incluso muchas veces clavándole "banderillas negras", que son arpones aún más lacerantes que los anteriores, impidiendo al toro buscar un rincón para morir en una plaza ideada de presión parecen imponer su rumbo y sus directrices a las clases gobernantes, todo es posible. Quizás por eso España sea diferente.

Dejando aparte la aceptación o no de esta distinción por los interesados, lo que se pone de manifiesto es que este Ministerio considera cultura y arte el torturar y dar ignominiosa muerte a un ser que nada ha hecho para merecer esa muerte. Los matadores de toros quedan así equiparados en España a los que siempre han sido considerados artistas: a los compositores, a los músicos, a los poetas y demás escritores, a los actores, a los verdaderos arquitectos....

Matar, en España, merece la medalla de las Bellas Artes. Digno es esto para que se enteren nuestros conciudadanos europeos.


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