El sufrimiento escondido- Clara Druce

ADDAREVISTA 13

Erase una vez...
Hace años era normal en cualquier casa de campo ver gallinas, patos o gansos picotear alrededor en busca de pequeños, gusanos, insectos..., etc. Habitualmente su atención era una parcela exclusiva de la esposa del granjero. Había abundancia de huevos en verano y lo producido se guardaba para el invierno. La mayoría de la población británica consumía aves de corral tan sólo en ocasiones especiales o durante las tradicionales fiestas navideñas, con la llegada de la "agricultura de fábrica, de producción intensiva, los huevos ya ya no son estacionales y el consumo de volatería se ha popularizado: gallinas, patos y pavos llegan a las tiendas en abundancia a precios asequibles. Las estanterías de los supermercados rebosan bajo el peso de relucientes y bien empaquetados pollos, restaurantes de comida rápida sirven a todas horas, en diferentes variantes, los pollos y la publicidad nos anima a consumir, cada día. más y más volatería. Hasta los médicos nos recomiendan lo saludable que resulta para el corazón. Pero, ¿este tipo de avicultura es natural y honesto, o encubre un mundo cruel en el que sufren terriblemente los animales?

Antes las gallinas eran gallinas; ahora son. solamente ponedoras de huevos. Antes los pollos eran pollos y crecían según su ciclo biológico. Hace unas décadas la tecnología empezó a seleccionar: aves para la producción de huevos, o aves para el engorde y el consumo de su carne. Los resultados son dos tipos de aves muy distintas: la primera pone una cantidad asombrosa de huevos -entre 270 a 300 por año- y el segundo adquiere tal gordura que a la edad de seis o siete semanas casi no puede ni sostenerse ni andar. Ambos sufren horriblemente bajo estas condiciones.

GALLINAS PONEDORAS EN BATERÍA

En primer lugar consideremos las gallinas ponedoras, excluyendo las que se eligen para la cría y reproducción; todos los machos salidos de la incubadora son sacrificados inmediatamente. O sea, tan sólo han salido de la cascara del huevo se sexan y los machos, o más débiles o tarados, se desechan sacrificándolos con C02 o por métodos crueles de cuchillas mecánicas como autoriza la Unión Europea. Este método se aplica a todas las gallinas de batería condenadas a vivir en una estrecha y pequeña jaula, pues los machos, al tratarse de unas determinadas razas preestablecidas, resultan antieconómico destinarlos a la producción de carne.
Viven en unas ciertas condiciones de mayor espacio, aproximadamente, durante las 18 primeras semanas. Al comienzo de la puesta, sobre la semana 20, ya quedan instaladas en sus cárceles donde permanecerán de uno a dos años: ni el mínimo espacio para extender sus alas, ni un palo para subirse. Siempre la reja de alambres a sus pies y alrededor.

La cría de gallinas de batería comenzó en los años treinta para lograr un lugar más limpio y sano, pues al separarse los excrementos -que caen al suelo- se evitaban las causas de infecciones. Trágicamente no se pensó en sus necesidades y hábitos; y, poco a poco, se convirtieron en máquinas de poner huevos. En los años cincuenta el sistema de baterías ya estaba muy extendido por los Estados Unidos y la Gran Bretaña. Las gallinas ponedoras pasaban de los cuidados de la esposa del granjero a ser víctimas de la explotación de una industria inmensa y cruel, ahora ya extendida en todo el mundo. Billones de gallinas llevan vividas su existencia en estas miserables condiciones: días interminables de pie o agachándose, el incómodo suelo enrejado sin poder cumplir con sus instintos más fundamentales de rascar el suelo en busca de comida, o poner huevos para su propia descendencia. Les está negado lo más apreciado como sentir el calor del Sol o encontrar un gusano; sólo les queda seguir una existencia depravada y aterradora. Los "bateristas" arguyen que "las gallinas cacarean en su jaulas". Conviene recordar que los traficantes de esclavos cuando los sacaban a cubierta para hacer ejercicio también decían "que bailaban".

MUTILACIÓN

A la mayoría de las gallinas de batería se les corta el pico, con una hoja de navaja al rojo vivo, hasta un tercio, a fin de impedir el canibalismo que se produce al picarse entre ellas. La única razón es evitarla pérdida económica que representa para el propietario. Su pico, de importancia vital en sus hábitos, es muy sensible. La carencia de parte del pico puede causar dolores crónicos y los técnicos lo comparan con los dolores reflejos que sufren gente que ha sufrido una amputación. La amputación de parte del pico causa dolores crónicos, a semejanza de los dolores reflejos en los humanos que han sufrido amputaciones.

HACINAMIENTO

Los complejos industriales en Gran Bretaña, dedicados a las ponedoras de batería, hacinan entre dos hasta sesenta mil gallinas en jaulas dispuestas en apretados pasillos. Cuatro jaulas en altura es lo normal, pero pueden llegar hasta seis o siete. Es difícil ver las que están situadas más arriba; y las de abajo ni siquiera reciben la escasa luz del cobertizo. A menudo no se conocen ni las enfermedades que padecen o las que mueren. Muchos huevos bajo el eufemismo de "frescos de granja" han sido puestos junto al cadáver de otra. En la Gran Bretaña la jaula más usual acostumbra a tener una base 45 x 50 centímetros, o sea 2.250 cm2, en la que se apretujan 5 gallinas. A partir del primero de enero de 1995, según una Directiva Comunitaria, cada gallina deberá disponer de 450 centímetros cuadrados como mínimo, aunque se desconoce cómo se va a poner en marcha y controlar esta regulación. No se van a mejorar, pues, las condiciones actuales de espacio.
¿Cuáles son las consecuencias que sufren cuando durante uno o dos años no han podido dar un solo paso, picotear o volar? Pues un cuerpo casi sin plumas porque las demás la han picoteado al no poder picar otra cosa por espacio de 17 horas diarias de luz eléctrica simulando un día de verano. Unas patas deformadas con los dedos extremadamente largos. Y un aspecto desolador tanto físico como de miedo y tensión. Cualquier semejanza a las alegres gallinas de se presentan en los libros de cuentos -o en los paquetes de los huevos- es un simple espejismo. Es emocionante ver como una gallina sustraída de esta cámara de tormento, experimenta los encantos de bañarse en el polvo, picotear en la hierba y sentir los rayos del Sol por primera vez. Lo que no puede verse es la fragilidad de sus huesos -resultado de la inactividad y falta de calcio - que son como varillas secas a punto de romperse: durante su transporte al matadero y ser manipuladas sin ningún cuidado se producen numerosas roturas.

POLLOS PARA EL ENGORDE

Los pollos que se destinan para carne no viven mucho tiempo. A las seis o siete semanas ya han alcanzado el estado de crecimiento más productivo. El típico pollo -de reluciente empaquetado en la estantería del supermercado- suele tener dos meses de edad (las gallinas pueden vivir de cinco a seis años). La selección genética, de rápido crecimiento y engorde, ha producido un verdadero monstruo, a menudo mutilado y enfermo desde joven. Este resultado científico-genético, tan cuidadosamente planificado, supone un sufrimiento increíble sobre el esqueleto y los órganos internos del ave. Se ha descubierto que las células de la sangre son mayores en el pollo de engorde que en la gallina, dificultando la circulación en sus pulmones. La ascitis, una enfermedad que provoca la acumulación de fluido en la cavidad abdominal, corazón, hígado y ríñones, es una de las causas de muerte en los pollos, resultado directo de los métodos modernos de cría y condiciones de vida.

Hasta 100.000 pollos pueden vivir juntos bajo un mismo techo. Estos cobertizos no tienen suficientes ventanas, la luz es escasa y la circulación del aire es forzada. Las aves no están en jaulas pues andan sueltas sobre un suelo de virutas de madera que se ensucia rápidamente, endureciéndose, y produciendo en sus patas las "quemaduras de Hock", muy parecidas a las úlceras en los humanos. No existen palos a los que subirse; sólo disponen de comida y agua. Muchos pollos jóvenes mueren rápidamente, se los comen los otros, o quedan allí hasta que es retirada toda la población. Restos putrefactos de cadáveres se amontonan para ser utilizados como fertilizante. Otra causa de muerte es la tensión que les provoca un excesivo calor en verano y en días húmedos. Los ventiladores no renuevan suficientemente el aire a nivel del suelo en donde se hallan las aves; lo hacen tan sólo por la parte de arriba.

Entre los 40 y 50 días llega la hora de su sacrificio. Muchos están en condiciones tan precarias que tienen dificultades para llegar a la comida o el agua. La deshidratación y desnutrición son una de las causas por las que el matadero rechaza muchas de esta aves. El amoníaco producido por la fermentación de las heces puede producir, también, ceguera.

AVES PARA LA CRÍA

Si se les diese de comer, con todo su apetito, los pollos morirían de dificultades en el corazón y los machos pesarían demasiado para montar a las gallinas. La solución industrial es fácil: prácticamente matarlos de hambre. Así pues los mantienen en un régimen severo durante el año que dura la crianza restringiéndose la dieta hasta la mitad de lo normal. Al compensar el hambre con la sed el suelo queda empapado. En Estados Unidos pasan de días alternos hasta cinco días sin comer.

CONOCER PARA CONCIENCIAR

Este artículo no puede abarcar el mencionar el sufrimiento de todos los animales de granja. La producción intensiva en gallinas ponedoras y pollos es un buen ejemplo para demostrar la crueldad inherente existente en estas "fábricas de animales". Billones de animales están encarcelados en la actualidad para proveer de alimento a los consumidores que, quizás, saben muy poco de la miseria que se les oculta a su conocimiento. El movimiento de defensa de los animales ya es universal y crece día a día. Es obligación de quienes los defendemos que se conozca la verdad de lo que ocurre.


Nota de la Redacción: Existe un video, de gran calidad, titulado Sufrimiento Encubierto, producido por FAWN y doblado al castellano, donde se comprueba en imágenes lo que se expone en este artículo. Siempre se ha dicho, desde este medio, que para defender a los animales es necesaria tener una sólida formación y plena información. Se ha establecido un sistema de préstamo y al recibo de una fianza de 2.000 ptas. más 500 ptas. de gastos de envío, se remitirá el video al solicitante.


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