Historia de Ulises: la orca

ADDAREVISTA 11

En los últimos meses la Orca Ulises ha sido noticia en los medios de comunicación de Catalunya después de que el periódico La Vanguardia de Barcelona, publicaba, en el mes Octubre del 1992, los datos sobre un informe que revelaba que la situación de Ulises se estaba volviendo angustiosa y que el animal empezaba a mostrar síntomas de estrés y agresividad. No era la primera vez que la Orca era motivo de polémica. En el año 1989, después de publicarse, también en La Vanguardia, que Ulises iba a ser trasladado a Estados Unidos, la opinión pública barcelonesa demostró un alto desagrado ante la posibilidad de que se alejara, definitivamente, de la ciudad.

La Orca ha sido uno de los dos animales más rentables para el Zoo de Barcelona junto con el gorila albino "Copito de Nieve".

Intereses económicos, presiones ocultas impulsados por una multinacional americana y el afán de continuidad del Zoo a través del proyecto de un nuevo parque marino en la ciudad de Barcelona, entre otras razones, son los principales obstáculos a los que la Asociación para la Defensa de los Derechos del Animal, ADDA y Whale and Dolphin Conservation Society, WDCS, se han tenido que enfrentar desde que ambas lanzaron una propuesta de gran significado científico, social y ecológico que, evidentemente, trastornaba todos los planes previstos por el Zoo.

La historia de Ulises se remonta al año 1980. Aquel día en que él y otros dos jóvenes miembros de su familia fueron capturados. Después de una estancia de 6 meses en una bahía de los mares de Islandia fue comprado, en subasta, por un norteamericano especializado en espectáculos. De los mares de Islandia fue a parar a una pequeña piscina de Rioleón Safari (Tarragona) en donde después de pasar dos años e ir creciendo, se dieron cuenta que ya no podía continuar. La volvieron a trasladar. Esta vez a la piscina del Zoo de Barcelona, un habitáculo de 22 metros de diámetro construido como acuario en el que se daban espectáculos con delfines, en tanto el americano Brian negociaba, infructuosamente, su venta al Japón.

Para el Zoo, Ulises constituyó una novedad muy atrayente y rentable, y gestionó su propiedad llegando a asegurarlo por un valor de 25.000.000 de pesetas. Con seis años de edad, y aún cachorro se convirtió en el huésped de honor y compañero de una pareja de delfines mientras recibía aprendizaje para transformarse en la estrella del espectáculo. No congenió con el delfín macho quien sin duda debió sentir celos por su hembra ante la llegada de un intruso. Después de parir ésta una pequeña cría, el macho fue desterrado. A partir de entonces los delfines, la atracción principal, pasaron a un segundo plano.


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