Peligra la moratoria de las ballenas- Jenifer Berengueras

ADDAREVISTA 30

Nuevamente presiones de Japón y Noruega presionan para acabar con la moratoria existente en la caza de ballenas. Algo que se ha incumplido reiteradamente alegando argumentos poco creíbles.

A pesar de la existente prohibición de la caza comercial de ballenas, a finales de este año 2005 ya se habrán cazado más de 1.400 ejemplares. La Comisión Internacional Ballenera, IWC, que es el organismo responsable de la gestión de la caza de ballenas y tiene más de 50 países socios, está actualmente en proceso de aprobar un preocupante acuerdo que podría conducir al levantamiento de la actual moratoria. Aunque las poblaciones de ballenas se hayan recuperado desde la entrada en vigor de la moratoria, lo que responde al objetivo que se perseguía, los métodos de caza no han variado, por lo que es prácticamente imposible matar a una ballena de forma rápida e indolora. Los principales tipos de caza son tres: comercial, de subsistencia aborigen y científica (también llamada “caza de permiso especial”). Aunque en realidad todas tienen un solo objetivo, es decir, hacerse con la carne del animal y los subproductos derivados. La caza para la subsistencia aborigen es una de las formas de caza más preocupantes, pues resulta cruel debido a los rústicos métodos que se emplean y a la larga agonía de las ballenas.

Las finalidad científica no deja de ser un repetido eufemismo de la flota ballenera japonesa, que intenta justificar la presencia de estos animales en los mercados de su país con razones tan hipócritas como el estudio de los grupos reproductores, su edad y sexo, hábitos alimentarios y cambios ambientales, cuando existen métodos alternativos no invasivos de investigación que no requieren la muerte del animal. Esto si no se conoce desde hace años prácticamente todo respecto a estos cetáceos. Aunque en 1986 entró en vigor la prohibición de la caza comercial de ballenas, desde entonces se han matado unas 20.000. Noruega, que presentó una objeción oficial a la moratoria, continúa matando estos animales para su comercialización. Islandia y Japón siguen cazando ballenas con fines “científicos”, y la caza aborigen continúa en Estados Unidos, las Islas Faroe, Groenlandia y Rusia. Todo ello sin contar con los países ajenos a la IWC y fuera de su control, como Canadá, Filipinas y Indonesia.

LA MATANZA

La persecución y actual matanza de las ballenas es extremadamente cruel. En primer lugar, las ballenas son perseguidas por los barcos durante largos periodos de tiempo que pueden alcanzar las seis horas. Estas persecuciones provocan tal sufrimiento, cansancio por la huida y angustia que, en algunas ocasiones, han causado el colapso del animal. El método de caza más común es el arpón con granada, diseñado para explotar dentro del cuerpo de la ballena y crear una gran herida de al menos 20 cm de ancho, que triplica su tamaño cuando los ganchos se abren con el impacto y arrastran su cuerpo al buque ballenero. También se utilizan otros métodos como rifles, electrocución (muy poco eficaz, debido a la disipación de las corrientes en el agua y la grasa aislante del animal) y arpones no explosivos para rematarlas o simplemente como método de caza.

Las circunstancias de constante movimiento en que viven las ballenas, las condiciones climáticas, el estado de la mar y, a menudo, la impericia del personal que se enrola en esta clase de navíos, acrecientan la crueldad de estos métodos, ya de por sí enormemente crueles. Algo muy semejante a lo que ocurre con los matarifes en los mataderos. El tiempo medio hasta la muerte de la ballena es de dos a tres minutos, aunque no es extraño que algunas lleguen a tardar hasta una hora en morir. Durante una cacería de subsistencia aborigen en West Greenland, se tiene constancia de que una ballena tardó cinco horas en morir. No todos los disparos son certeros y, cuando el animal logra huir herido, inicia un largo calvario de dolor y agotamiento que en la mayoría de los casos lo conduce a la muerte. Por otro lado, el hecho de que las ballenas puedan regular, de forma natural, su metabolismo, el riego sanguíneo a los órganos no esenciales y el ritmo respiratorio para adaptarse a las inmersiones prolongadas, dificulta poder realizar una evaluación precisa de su muerte. Es muy posible que sigan vivas mucho tiempo después de que se las haya considerado muertas. La carne obtenida en todas las operaciones balleneras, ya sean comerciales, científicas o de subsistencia aborigen, es finalmente destinada para el consumo humano. Sería por tanto legítimo que se aplicaran las leyes existentes sobre animales de granja, que establecen normas respecto al aturdimiento previo y otras medidas paliativas a fin de lograr una muerte humanitaria. Nada se dice al respecto y continúa la caza indiscriminada de ballenas, camuflada con argumentos que nadie cree y que resultan ser un modus operandi tácitamente asumido por la IWC.

Resumiendo, cuando un animal es sacrificado para su consumo, en la mayor parte del mundo es obligatorio que, por cuestiones éticas, el proceso no le provoque un sufrimiento innecesario. Para ello, se utiliza normalmente el aturdimiento previo a la matanza. Las prácticas actuales de caza de ballenas no garantizan este sacrificio ético, y vulnerarían las leyes actuales de sacrificio para los animales destinados al consumo humano en caso de que se aplicaran estas leyes. Para poder considerar la muerte de una ballena como “humanitaria”, se la debería llevar a una muerte o pérdida de conciencia inmediata y no se debería provocar dolor ni sufrimiento al animal durante la persecución y arrastre hacia el barco.

ADDA Y LA COALICIÓN WHALEWATCH

La Asociación para la Defensa de los Derechos del Animal, ADDA, primera organización de bienestar animal establecida en España, en 1976, se ha unido a la coalición internacional para la protección de las ballenas, Whalewatch. Este potente grupo, está formado por más de 140 asociaciones representativas de 57 países y su objetivo es garantizar el reconocimiento de que el debate de la caza de ballenas no sólo trata de cifras y conservación, sino también del sufrimiento de los animales. Actualmente trabaja activamente para evitar un posible levantamiento de la moratoria de la caza comercial de ballenas. En 1986 se prohibió la caza comercial porque no se disponía de suficientes conocimientos sobre la abundancia y la dinámica de las poblaciones de ballenas como para establecer límites de capturas. La IWC está trabajando actualmente en un Plan de Gestión Revisado como sistema de supervisión y control, que levantaría la actual moratoria. Este plan, previsto para el mes de junio de 2005 en que debe aprobarse, requiere, como única medida para “garantizar” el bienestar de las ballenas durante las cacerías, la recopilación de datos sobre éstas. Por ejemplo: el tiempo que tarda en morir. Whalewatch considera que la recopilación de datos –que probablemente serán falsificados por los barcos balleneros, a no ser que lleven a bordo inspectores a prueba de sobornos– no aporta absolutamente nada para evitar el sufrimiento de las ballenas. Tan sólo debería levantarse la moratoria en caso de que los métodos de caza llevaran a una muerte o pérdida de conciencia inmediata y no provocaran dolor ni sufrimiento al animal durante su persecución y arrastre. Como esto actualmente no es posible, debe mantenerse la estricta prohibición de la caza comercial de ballenas.

Contactos mantenidos con la administración central dan a conocer que la posición de España es favorable a la continuidad de la moratoria. Sin embargo, su postura expresada hasta ahora en reuniones de la Comisión Internacional Ballenera no es suficientemente estricta como para que se mantenga la prohibición de la caza comercial de ballenas. ADDA, en una campaña conjunta con la Coalición, ha intentado dar a conocer este grave problema a la ciudadanía publicando anuncios en la prensa española más representativa. En la actualidad lleva recogidas cerca de 15.000 adhesiones y firmas, para solicitar al gobierno español que sea coherente con su voto a favor de la prohibición pronunciado en 1982 y que no apruebe ningún plan que implique el levantamiento de la moratoria. (Para más información sobre esta campaña, visite la web www.addaong.org)


Relación de contenidos por tema: Mamíferos marinos


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