Crisis en la RSPCA de la Gran Bretaña

ADDAREVISTA 45

La más antigua entidad proteccionista del mundo y también la más rica por su ingente volumen de dinerario, la británica Royal Society Against Cruelty with Animales, RSPCA, se ve obligada a recortar gastos con despidos y una reestructuración interna. A pesar de que el Reino Unido mantiene la libra esterlina como moneda nacional, y por lo tanto no participa en todas las actuales penurias de la zona euro, el escándalo económico iniciado por la quiebra de Lehman Brothers en el año 2008 en Estados Unidos y expandido mayoritariamente entre los países occidentales, también ha tenido su eco en la sociedad británica. Esta publicación, en varias ocasiones, ha ido informando de los balances y actividades de la poderosa RSPCA, que dejaban, y dejan, en ridículo a cualquier entidad española ya fuese proteccionista o animalista. No obstante existe una diferencia entre quienes las dirigen: la mayoría de las entidades españolas de defensa y protección de los animales están basadas en el voluntariado, con una fuerte convicción animalista y en el desinterés económico. Esto es impensable en el Reino Unido; son unos buenos gestores con mucho trasvase laboral entre entidades afines, pero cuando llega su jubilación muy pocas personas continúan en activo. La importancia de la RSCPA tiene una explicación. Es la misión que el gobierno británico les ha encomendado para recoger, proteger y atender a todos los animales de compañía y también a otros, si se dan las circunstancias. Esto no impide que otras entidades de carácter privado se dediquen a lo mismo, pero existe otra diferencia: la RSCPA admite que en casos límite los perros y gatos pueden ser sacrificados, algo que mayoritariamente rechazan otras entidades privadas La crisis económica le ha impactado doblemente; por un lado el numero de animales abandonados se ha incrementado desde el año 2007 en un 31 % y, por el otro, la bajada de gran parte de sus ingresos que proceden de legados de matrimonios de ancianos sin descendencia directa y que tienen especial afecto a sus mascotas, con lo que los hacen beneficiarios.

Los recortes y las cifras

Según publica Animals People, desde el año 2008 están disminuyendo sus ingresos en 50,9 millones de euros y en el año 2011 tenía un déficit de 22 millones de euros. Son 3 años de continuas bajas. Ello implica replantear la situación y la aplicación de recortes —que en el año 2011 ya han significado 11 millones— tanto en el personal como en su presupuesto, aunque se mantienen estables las entradas por donativos y merchandising. Han influido, además, en este desajuste, el incremento de los costes y el crecimiento de las pensiones de su personal. La mayoría de los despidos se harán en la sección administrativa para tratar de mantener a quienes tienen contacto directo con los animales a pesar de que afectará a todas las secciones. El actual equipo humano era, al finalizar el año 2011, de 1482 empleados, con 460 inspectores que tienen capacidad, al igual que la policía, para levantar actas y aplicar multas. Se estima que unas 130 personas serán despedidas.

Los animales

El numero de perros y gatos acogidos ha aumentado por efecto de la crisis; los 169 refugios que estaban llenos se han reducido a 166. El problema se ha visto reflejado en el número deadopciones, que han bajadoen un 10 %. Si en el año 2007 se cifraban en 70.000 adopciones, el año pasado, 2011, han sido 64.086. Se está procurando que, por todos los medios, sus protegidos sean los menos afectados por esta situación.

Nueva dirección

Ante esta disyuntiva es natural que los efectos repercutan en la cúspide. Por ello, a primeros de 2012 entraba un nuevo director, Gavin Grant, de 56 años —persona relativamente joven para este cargo tratándose de la RSPCA—, quien tendrá que adoptar decisiones de envergadura. Grant estuvo en la RSPCA como jefe de campañas (1988­1991) para después trabajar durante 8 años en la multinacional Body Shop —esta multinacional ha absorbido bastantes personas procedentes del sector animalista inglés antes de que su fundadora, Anita Roddick, la vendiese a la empresa francesa L'Oréal por 1140 millones de dólares—. Cabe decir que Grant salió de Body Shop antes de su venta, pasando después a trabajar en otra multinacional, la Burson-Marsteller —tiene filial en Barcelona— dedicada a la comunicación, misión corporativa y gestión de empresas y, como tal, a veces se ha visto implicada en trabajos de su especialidad francamente alejados del bienestar de los animales o en algunos casos, contrarios a ellos. Pero, sea como sea, el currículo de Grant y la experiencia adquirida le proporcionan un pedigrí que puede resultar de gran utilidad para la RSPCA en estos difíciles momentos.


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