La corrida incruenta ya tiene un nombre: Mariano Villaescusa

ADDAREVISTA 2

Llegado de Australia, vía Londres, y con una carta de presentación de Mr. Gordon Walwyn, Director General de la Sociedad Mundial de Protección de los Animales, W.S.P.A., se presentó en las oficinas de ADDA, Mariano Villaescusa, un matador de toros redimido —con alternativa incluida—, que se vistió de luces hace diecisiete años y que propone la corrida incruenta. ADDA DEFIENDE LOS ANIMALES en una amplia y profunda entrevista, concedida en absoluta exclusiva, llega al fondo del personaje que no rehuye ningún tipo de preguntas ni observaciones. Desde Australia, donde vive desde hace tres años con su esposa y dos hijos, ha venido para convencernos de sus nobles propósitos de enmienda por tal de liberar a los toros de la tortura y muerte que se les infrinje en las arenas de los ruedos taurinos. La transcripción íntegra de la entrevista, a pesar de su considerable extensión, la consideramos necesaria para que el lector conozca, de primera mano, muchas interioridades del mundo del toro, hasta ahora celosamente guardadas.

SUS ORÍGENES

-Haznos una breve reseña de tus orígenes.

-Nací en Elche el 30 de Enero de 1957, tengo por tanto 33 años. Desciendo de familia pobre, siempre soñé con ser torero y de hecho llegué a serlo con muchas dificultades. Salí de mi casa a los trece años y empecé a hacer capeas. Quizás soy de los últimos «capas» que han habido pues ya empezaron las escuelas taurinas. Aprendí mi oficio en la calle de los pueblos y me vestí de torero, por primera vez, en San Pedro del Pinatar (provincia de Murcia) a los dieciséis años. Y, a continuación, seguí «matando». Digo matando porque es a lo que te men-talizan: a matar. Hice novilladas, tuve muchos percances, muchos problemas; no del toro —el toro no crea problemas—, sino de la gente que te rodea y de las personas que dominan este mundo—. Tomé la alternativa en 1984, debido a que dos años antes tuve un accidente en la plaza de toros de Elda con una fractura con parálisis radial del codo derecho.

-Cuando dices «un accidente», ¿querrás decir una cogida?

-Sí, un accidente. Yo, por lo menos, le llamo un accidente.

-Porque..., ¿el toro no coje nunca?

-El toro coje si te dejas que te coja, si te duermes, si te endiosas, si el público te lo pide y tú eres tan ignorante que te lo «tragas»; pero el toro siempre te va diciendo lo que tienes que hacerle. Es un animal tan noble que te lo dice. Si tú no lo haces, es tu problema y viene el accidente

-¿Cuántos toros has matado?

-Realmente no te lo puedo asegurar, pero ya te digo que a los trece años empecé de capea —pues en estos pueblos se mataban los toros—, y cuando llegué a los dieciséis años ya llevaría matados unos sesenta animales. A partir de ahí, pues saca un promedio de sesenta a setenta por año, durante quince años, y alguna cosa más. Supongo que bastantes más de seiscientos.

LOS TOROS SON SENSIBLES AL DOLOR

-¿Es cierto que los toros lloran?

Por supuesto que es cierto, ¿cómo no van a llorar los toros? Cuando un becerro tiene hambre le llora a su madre para que le dé de comer y cuando un toro se ve indefenso, por supuesto que llama a su madre, como cualquier otra persona puede recordarla.

-Este es un extremo que queríamos confirmar.

-Yo no me había fijado nunca en esto, hasta que un día lo escuché en una conferencia en la Caja de Ahorros de Alicante, en Murcia, en la cual se encontraba Don Ignacio Aguirre, Santiago Martín «El Viti» y Paco Camino. Este día «El Viti» dijo esto: «los toros lloran». Y es cierto que los toros lloran y lo ha dicho una máxima figura del toreo con muchísimos toros y para que él lo diga es porque es cierto y yo lo afirmo ya que desde entonces me fijé. Es cierto, no cabe duda.

-Explícanos, ¿por qué y cuándo te retiraste?

-En mi vida han surgido muchas circunstancias: problemas económicos, familiares debido al mundo del toro, «accidentes», engaños, falsas promesas de profesión... muchas cosas que me han llevado a un camino de graves problemas psíquicos, porque estaba totalmente hundido luchando por algo, que me he dado cuenta, no tenía sentido.

-¿Es verdad que la «trastienda» de los toros es un mundo muy difícil?

-No es un mundo. ¡Es un infierno! Creo que con eso te lo dejo claro: ¡Es un infierno!

-¿Está el torero en manos del representante, del empresario...?

-El torero está en manos de todo el mundo. Esto es real. El torero puede ser él mismo cuando por suerte está en una gran plaza, embiste el toro y cuaja lo que se dice «una faena» con una gran estocada, que yo le digo «una gran matada» y que creo que nos es necesario. Yo pienso que el toreo es un arte y en ningún teatro se mata al artista aunque se simule la muerte del mismo. Si este torero tiene suerte en un Madrid, Sevilla o Barcelona, pues puede llegar «a mandar» en la fiesta del toro. Es muy difícil, pero de los cincuenta y seis, cincuenta y siete toreros que hay en el escalafón, pues tres o cuatro, hay que reconocer, que mandan.

-Los demás obedecen...

-Los demás obedecen y la mayoría de ellos lo pasan muy mal: diez millonarios, veinte medio viven... y el resto tiene que buscarse la vida. Si fuese por una causa noble lo vería lógico que destrozaras tu vida. Pero yo he destrozado la mía y no lo entiendo.

SU CAMBIO DE MENTALIZACIÓN

-Es lo que te quería decir, ¿qué razones has encontrado en este cambio de mentalidad tan radical? Quizás la lejanía de España en estos últimos años y la influencia del ambiente anglosajón, con otras costumbres, otra forma, tal vez, de ver la vida...

-Te voy a decir una cosa: yo me he dado cuenta de lo que siempre he buscado ha sido el toro. Siempre me he sentido algo delante de un toro. Cuando llegué a Australia cambió mi vida totalmente; ya había estado dos veces allí. En 1985 maté una corrida de toros en Benidorm — «maté» una corrida de toros—y había salido de una huelga de hambre que hice delante de la plaza de toros de Alicante, debido a que, como te he dicho, tuve un accidente muy grave y quedé inútil: tres operaciones, todo el material que llevo dentro para el resto de mi vida, el nervio radial no va por su sitio... ¡estaba inútil! Me quedó una paga de 97.000 pesetas para el resto de mi vida. La rechacé. Lo superé gracias a mi afición por el toro y en el momento que vi que mi brazo podía moverse, no íntegramente porque tenía que utilizar un aparato ortopédico, me hice la promesa de que volvería a torear. Y fue lo que hice. Reaparecí en 1984 en Ibiza y en ese día tuve que matar cuatro toros ya que uno de ellos le pegó una cornada a José Lara. Me repitieron el siguiente domingo, o sea, que toree dos novilladas, después de dos años inactivo y tomé la alternativa en octubre. Ser torero no es ser famoso ni millonario, pero, como te decía antes, cuando me dirijí a la feria de Alicante, la de mi tierra, pues resulta que no tenía puesto en ella: «estoy pidiendo una corrida de toros, ahora que he vuelto, porque la necesito para vivir: No, lo siento». No soy figura del toreo, está demostrado. Ni tampoco entraba en el mundo del poder empresarial; se pasaron la pelota del uno al otro y me puse en huelga de hambre sin resultado de ningún tipo: promesas, historias... ¡Nada!

En una palabra: «tú no vales porque no quiero que valgas». Puedes ser tan buen profesional como los demás, sí, pero no hay nada a hacer; de hecho he sido un buen torero. Total, me dieron una corrida en Benidorm, el primer toro me partió tres costillas y le corté las orejas al segundo. Mi mujer, con la plaza llena hasta la bandera, al ver lo que me había quedado después de todo esto: 85.000 pesetas limpias y a la semana siguiente murió Yiyo, cogió el avión con los niños y se fue a Australia.

-Porque sus padres residían en Australia ¿verdad?

-Sí, y yo me fui detrás de ella. Arreglé mis cosas personales y me volví. Hice otro viaje y volví. Y a la tercera vez me quedé allí.

-Y ahora tienes un empleo estable, te ganas bien la vida y puedes disfrutar de una vida familiar y hogareña, pero ¿explícanos la idea que has madurado tan lejos de España y lo que te propones?

-Me he dado cuenta en Australia que a mí lo que realmente me gustaba era torear y allí esto no está permitido. Una mañana viendo un rodeo por televisión vi los toros que se utilizaban y me dije que estos toros podrían servir; y me puse en marcha, los encontré no sin dificultades porque Australia es muy grande. Tuve que moverme, los probé: sirvieron y seguí con mi idea... pero ¿qué estas buscando Mariano? ¡Aquí no puedes hacer nada! Allí es donde descubrí que lo bonito para mi es ponerme delante del toro si tenerle que hacer nada a este animal. Si conoces la técnica y sabes enfrentarte delante de él; crear arte sin la necesidad obligatoria que su sangre corra —porque es obligatorio— ya lo sabes...

-¿Te refieres al Reglamento Taurino?

-Está el Reglamento y es obligatorio que corra la sangre, y ¿por qué tiene que ser así? ¿Por qué hay que hacerle todo lo que se le hace al toro? De acuerdo que es una ventaja para el toreo, pero ¿qué ventaja es para la naturaleza del animal? Yo veo precioso el arte de torear pero no lo veo manchado de sangre ¿por qué?

-¿No encontrarías muy peligroso para tu integridad física, ya que eres quien hace la propuesta, y para los que quieren seguirte, ponerte delante de un toro de las dimensiones y categoría que tienen, sin nada más, con el toro «entero»?

-Cuando sale el toro del toril lo único que lleva encima es te divisa y el torero lo torea de capote con técnica y son los pases más vistosos: las chicuelinas, las verónicas, las medias, torear por bajo, por alto, las largas cambiadas... y es cuando el toro sale «entero». Es por esto que si un torero es poderoso y conoce bien su profesión sabe que puede «doblarse» con un toro y «poder» con él y en ese momento ejecuta una faena de tres o cuatro minutos que es en realidad lo que dura hoy la faena de muleta. Pienso que es suficiente.

Que el toro embiste un poco más deprisa... ¡amigo! Las reglas del toreo y que quede bien claro, son: «parar, templar y mandar», pero no dicen: bande: rillear, picar y matar. Estamos hablando del arte de torear, lo demás es una ayuda y yo estoy pidiendo prescindir de esta ayuda que, es necesaria, según la mentalidad de las personas, para quitarle fuerza y reventar al animal.

-¿Cómo ves el futuro de las corridas de toros de perpetuarse en la forma actual y a la vista de los crecientes movimientos de protesta nacionales que nos quieren hacer ver que tan sólo son internacionales?

-Hablar de toros antes de 1800 es hablar de caballeros y personajes que, encima de un caballo, se dedicaban a ponerle banderillas, railetes, o alancear al toro en el «morrillo» hasta matarlo.

-Cuando dices «morrillo» ¿te refieres a la parte de atrás del cuello del animal?

-Exacto, es el único sitio en el cual se puede causar el castigo al animal sin inutilizarlo. Era lo que se hacía al animal cuando se puede hablar que empezó el toreo. Más tarde lo mismo con un hombre, pero sin caballo, con el capote y la muleta que se usaban para defenderse y matar al toro como fuera. No era ningún arte: simplemente una carnicería. A finales de siglo se sustituyó el caballo bonito y bandeoso del caballero por los caballos de carne. Han habido toros hasta finales de este siglo que han matado cuarenta y tantos caballos.

Cuando salió el peto fue cuando se empezó a torear artísticamente: hasta 1930, y con ayuda de la técnica, no cuajó y es como ahora se torea, pero el toreo ha ido evolucionando. Pienso que debe eliminarse que corra la sangre del animal, su sufrimiento y su castigo. Parece mentira que digamos que el toro no sufre: tiene sangre caliente y sistema nervioso como yo. A mí, cuando me han pegado una cornada me han hecho mucho daño, y si al toro le ponen un par de banderillas creo que le hacen más daño.

UN DEFENSOR DE LOS ANIMALES

-¿Cómo es que esta idea que tú propones no se la ha ocurrido a ningún otro matador de toros?

-Quizás volvemos a Australia; el añorar tanto al toro me ha llevado a esta idea. Si a mi lo que realmente me gusta es torear ¿por qué tengo que mancharme de sangre?, aparte de que si queremos que la «fiesta» continúe por mucha fuerza, mucho dinero y cosas políticas que estén involucradas en ello, hay que darse cuenta que las personas estamos avanzando. Los gobiernos están avanzando y va a llegar un momento en que o se quita la sangre del toro o se quitará totalmente la fiesta del toro. Hemos estado años sin darnos cuenta pero ahora sabemos lo que está mal y lo que está bien y si no respetamos a los animales ¿cómo vamos a respetar a nuestros semejantes? Si queremos que haya paz en el mundo debemos eliminar todo lo que envuelva violencia y sangre, y el toro envuelve violencia y sangre... ¡mucha sangre!

-Iba a hacerte otra pregunta que ya considero contestada, era: ¿te consideras un defensor de los animales?

-Es que si no defendemos a los animales que creo que es lo único indefenso que tenemos en el mundo ¿a qué vamos a defender?

-De llevarse a cabo estos espectáculos, coincidirán con la Expo de Sevilla y las Olimpiadas, y conllevarán unos gastos, pero supongo también unos beneficios. Estos beneficios, ¿estarían destinados a una causa?

-Yo soy una persona que prácticamente no tengo nada, pero estoy vivo y ya es bastante. Mientras estamos vivos tenemos que hacer algo aparte de nuestro trabajo, debemos tener un «hobby» o como se le quiera llamar y si lo que te gusta hacer, es algo que ayuda al mundo — porque el que estemos en España no quiere decir que no seamos ciudadanos del mundo—, ya que por un lado u otro se está muriendo, tenemos que cuidarlo, que queda muy poco: han sido millones de años los que ha tardado en crearse y en lo que va de siglo está prácticamente extinguido; si no nos damos cuenta de todo esto, ya no se trata de que el toro sufra, de que se le mate, es que si no se elimina este ejemplo, otras personas van a seguir cazando, matando animales injustamente y sin saber por qué.

Y extinguiéndoles estamos extinguiendo la atmósfera, los mares..., lo estamos destrozando todo. Tenemos que pararlo. Pienso que si este espectáculo es para bien del toro y por el toro, para que la gente se dé cuenta de que en estos años hay que cambiar y hacer todo lo que pueda ser posible para los animales. El toro, al mismo tiempo, va a ayudar a sus semejantes. Son muchas asociaciones las que estáis, pero veo que no disponéis de mucha ayuda. Estatal ninguna. Estáis sacrificando vuestras horas, tiempo de vuestro trabajo y dinero de vuestro bolsillo. Pienso que esto será una ayuda, también para vosotros. Me gustaría poder ayudaros y los fondos de estos espectáculos pueden ir, íntegramente, dedicados a estas asociaciones que están luchando a capa y espada sin nada.

-Veo que además de ser un hombre generoso, un defensor de los animales, también eres un ecologista. Pero perdona que insista, una vez más, en el tema de tu propuesta. Tu sabes que el morbo en el público que asiste a las corridas de toros es una cosa indudable. Los espectadores saben que el toro que entra en el ruedo sale muerto de él; de tu propuesta van a saber que el toro saldrá vivo y la única posibilidad será que torero salga... ¿no crees que esto es subir un escalón más de sensaciones fuertes o más morbo?

-Los toros matan, está clarísimo; los toros están matando en este siglo, están pegando cornadas graves. Sería el mismo riesgo para el torero, son las mismas técnicas. El toro no necesita estar más fuerte o más flojo para pegarte una cornada. Las cornadas vienen por tu propio peso. Un toro te levanta del suelo y normalmente es tu propio peso el que te clava en el pitón. Esto está clarísimo. Una cornada te la puede pegar un toro en cualquier sitio con o sin picar y en muchos pueblos de España se están lidiando novilladas con quiniestos kilos y sin caballos. Yo he matado muchísimas y si esto lo lee algún taurino conoce que lo he hecho durante años en esos pueblos sin ni siquiera un médico. ¡Matando verdaderas corridas de toros en novilladas! Eso es más peligroso que salir a una plaza de toros con tu equipo quirúrgico y todo lo que se necesite por si te pega una cornada un toro. Con un simple par de banderillas en cualquier pueblo de España todavía se está haciendo, o sea que el riesgo es el mismo, y hay otro más grande y es que en estas condiciones no los lidian figuras del toreo ni grandes profesionales: son los amateurs, las personas, los niños, la gente que está empezando. Y eso sí que es grave.

Esos morlacos que les ponen a esa gente sólo cubren al sadismo y el ansia de dinero de los empresarios; es más, cuesta dinero torear, cuesta dinero ser novillero... ¡mucho dinero! Necesitas tener personas detrás de tí que te financien, que te paguen los gastos por una corrida, tú vas con tus banderilleros y les pagas. Hay muchos toreros en estas circunstancias. Hay mucha gente que quiere ser torero. El mundo del toro, aparte de ser un desastre para el animal, es un destrozavidas; crea muchos problemas a las personas, mucha gente que sirve para esta profesión, no puede continuar por el dedo injusto de cualquiera que se llama empresario, ganadero, o «entendido». Esos señores no sirven, se ponen su «paella» en la mesa y si sobra algún grano es para el que viene.

Mariano Villaescusa, desde chaval detrás de los toros, que la vida le ha llevado por muy diferentes circunstancias, que ha llegado a una reflexión y a unas conclusiones. Y que está en España, venido especialmente desde Australia, sólo unos días para hacer una serie de contactos con una idea revolucionaria que a nosotros, de verdad, nos espanta, pero que damos constancia de ella. Una persona generosa como hemos visto que desde sus orígenes modestos ha sabido captar la filosofía que, en este caso, coinciden con nuestra causa y le deseamos mucha suerte; que pueda seguir en su vida de una forma consecuente y no decimos que continúe con el toreo porque esto no se le puede decir a nadie, pero al menos vemos que sus nuevas convicciones le van a ayudar muchísimo.

-Para despedirme: mi meta no es sólo acabar con la sangre del mundo del toro, mi meta es que el animal salga de la plaza igual que un caballo acaba de correr una carrera, va a hacer una exhibición de baile o cualquier otra cosa. Pero aparte de esto quiero que nos demos cuenta de que para enfocarle a los niños lo que hay que hacer mañana con los animales es enséñales a cuidarlos y a respetarlos: hoy, mañana y siempre. Y pienso que todos los espectáculos que engendran violencia y sangre deben ser eliminados, sean en bien de los animales o de las personas humanas.

-Estamos completamente de acuerdo con lo que nos acabas de decir. Muchísimas gracias por tu larga entrevista, y por el tiempo que te hayamos podido robar, sabemos es escaso en estos momentos.

-Gracias a vosotros.


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