Rose y Michael Ogorzaly

ADDAREVISTA 41

El amor de Michael Allen Ogorzaly (1948-2006) por los toros empezó poco después de comenzar a impartir clases sobre España y América Latina en la Universidad de Chicago. Se graduó en la Universidad de Nôtre Dame en 1983. Publicó su primer libro titulado Waldo Frank: Profeta de la Regeneración Hispánica en 1994. Poco después llegaría su implicación en el movimiento animalista y sus reflexiones sobre cómo podía ayudar para dar a conocer a la opinión pública la crueldad, el sadismo y la barbaridad de las corridas de toros. Siempre pensó que la pluma es más poderosa que la espada. Así que empezó a investigar sobre las corridas de toros. En el año 2000, la Midwest Association de estudios latinoamericanos aceptó su ensayo: Pepsi se anuncia en las plazas de toros de Méjico; se leyó durante la conferencia celebrada en la Universidad Autónoma Chapingo, en Huatusco, Méjico. Este ensayo está basado en una entrevista del activista defensor de los animales Steve Hindi de la Asociación Shark - Showing Animals Respect and Kindness, donde mostraba su respeto por los animales y por su bondad. Se proyectaron los vídeos grabados por él mismo. Recuerdo que Steve decía que era difícil ignorar los gritos de dolor de los toros. Creo que esto influyó muchísimo para que Michael eligiera como título de su libro: Cuando los toros gritan: Juicio contra las corridas de toros, publicado en inglés el 13 de abril de 2006 (When Bulls Cry. The Case Against Bullfigtijng). En dicho libro se propuso contar, a todos aquellos poco familiarizados con las corridas de toros, la verdad que se esconde detrás de esta supuesta tradición. Quería poner al descubierto «la podredumbre que impregna el mundo de los toros, con la esperanza de que algún día esta cruel práctica será abolida».

Nota de la Editora: Michael Ogorzaly, que publicó su libro el mismo año de su fallecimiento a los 58 años, era un norteamericano de descendencia polaca. Un desgraciado accidente de automóvil que le costó la vida a un acompañante, le dejó inválido y en silla de ruedas para el resto de sus días. Su esposa Rosa María García Ogorzaly fue una inestimable ayuda para él, dándole ánimos para que pudiese continuar activo en la docencia. Ambos se conocieron en el mismo ambiente universitario. Michael y ONG ADDA se mantuvieron en contacto en los últimos años. Agradecemos muchísimo a Rose el recuerdo que nos ha enviado de Michael quien en la dedicatoria de su libro a ADDA y a nuestro Director (6 de octubre de 2006), escribía «espero que este libro ayudará de alguna manera a iluminar a aquella gente que no conoce nada acerca del sadismo y la violencia de las corridas de toros». Poco después, el día 20, fallecía de un ataque al corazón. Descanse en paz.

 

Ong ADDA   -Junio 2010


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